Una devastadora explosión en una estación de servicio en Nagorno Karabaj dejó al menos 20 personas muertas y casi 300 heridas, en medio de la creciente crisis humanitaria que vive la región tras la ofensiva militar de Azerbaiyán para recuperar el control del territorio.
La explosión ocurrió en una estación de servicio ubicada en las afueras de Stepanakert, la capital de Nagorno Karabaj. La estación estaba llena de vehículos en un momento en que miles de personas intentan huir del enclave hacia Armenia, luego de que Azerbaiyán retomara el control de la región, que estuvo en manos de armenios durante más de 30 años.
Según el Ministerio de Salud de las autoridades de facto armenias de Nagorno Karabaj, encontraron 13 cuerpos en el lugar de la explosión, y otras siete personas murieron a causa de las heridas que sufrieron en el estallido. Además, 290 personas resultaron heridas, muchas de ellas en estado grave.
El Ministerio de Salud de Armenia informó que algunas de las víctimas fueron trasladadas en helicóptero al país, y se esperaban más vuelos para el traslado de heridos.
El asesor presidencial azerbaiyano, Hikmet Hajiyev, anunció que Azerbaiyán estaba preparado para tratar a las víctimas y que había enviado medicamentos y otros suministros médicos, así como ayuda humanitaria, al Karabaj.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que cientos de personas resultaron heridas con quemaduras y necesitan atención médica especializada como resultado de la explosión. La entidad humanitaria está proporcionando material médico y ayudando en la evacuación en ambulancia de los heridos.
La explosión agrava la angustiosa situación en Nagorno Karabaj, donde la escasez de combustible y otros suministros es un problema constante. La frontera con Armenia se encuentra a tan solo 35 kilómetros de Stepanakert, y en la única ruta terrestre para salir del enclave, el corredor de Lachín, cientos de vehículos están esperando para cruzar hacia Armenia.
La ofensiva de Azerbaiyán, que duró solo 24 horas, forzó a los armenios de Nagorno Karabaj a desarmar y disolver sus fuerzas militares y de seguridad, y a iniciar conversaciones con el Gobierno azerbaiyano para la “reintegración” del territorio a Azerbaiyán. A pesar de las promesas de Azerbaiyán de respetar los derechos de la población armenia de la región y restablecer el flujo de provisiones, muchos residentes temen represalias y optaron por abandonar la región, especialmente después de las denuncias de Armenia sobre planes de “limpieza étnica”.
El conflicto de Nagorno Karabaj
Hoy, el viceprimer ministro armenio, Tigran Jachatrian, cifró en 19.000 los refugiados que han llegado al país desde el domingo procedentes de Nagorno Karabaj.
En rueda de prensa, agregó que 2.500 ya fueron reasentados, pero se dirigieron al Estado en busca de ayuda.
Otros 1.200 están en proceso de instalación y el resto de desplazados tiene vivienda en territorio de la antigua república soviética, dijo.
Armenia libró dos guerras contra Azerbaiyán por Nagorno Karabaj desde 1988, pero esta vez no intervino a favor de los armenios del enclave, que estaban cada vez más acorralados desde que sufrieron otra dura derrota en la última guerra, en 2020.
Aunque está poblada mayoritariamente por armenios, Nagorno Karabaj fue integrada a Azerbaiyán, y no a Armenia, durante la época de la antigua Unión Soviética, cuando los dos países pertenecían al bloque liderado por Rusia.
Rusia, que medió para poner fin a la guerra de 2020 y desplegó en el Karabaj un contingente de tropas de mantenimiento de paz, dijo que estaba asistiendo en el proceso de evacuación.
Nagorno-Karabaj quedó bajo control de los armenios de la región luego de una primera guerra contra Azerbaiyán entre 1988 y 1994, en la que contaron con el respaldo militar de Armenia.
En la guerra de 2020, Azerbaiyán retomó partes del enclave junto con zonas circundantes que también habían caído bajo el dominio de los armenios en el conflicto anterior.