El pasado domingo, el Papa Francisco fue sometido a una operación de colon y hoy, en plena recuperación, se asomó al balcón del décimo piso del Hospital de Roma Policlínico Gemelli y rezó un Ángelus. Además elogió la importancia de que la sanidad sea “accesible para todos”.
Una diverticulitis grave fue la causa del un estrechamiento del intestino y obstrucción del colon. Esto llevó al pontífice a una operación urgente.
Francisco acompañado por un grupo de niños pacientes del sector oncologico, destacó: “En estos días de hospitalización, he experimentado lo importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos, como el que hay en Italia y en otros países. Un sistema sanitario que garantice un buen servicio accesible para todos”.
A pesar de las altas temperaturas que azotan Roma, decenas de fieles visitaron las inmediaciones del hospital para hacerle llegar el apoyo y cariño. “Te queremos mucho” y “Viva el papa” gritaban los acompañantes, quienes además pudieron mantenerse hidratados gracias a los voluntarios presentes que entregaban botellas de agua.
Luego de la intervención, el Papa hizo referencia a la sanidad pública como “un bien precioso” que no se debe perder. “¡Tenemos que mantenerlo! Y para ello debemos esforzarnos todos, porque sirve a todos y requiere la contribución de todos” agregó.
Ademas, recalcó el apoyo y aliento al personal de salud. Y no dejó de recordar a la comunidad que rezara por los enfermos: “Que todos reciban la unción de la escucha, de la cercanía y del cuidado”.
La tradición del rezo dominical
En 1981, en la misma habitación en la que se encontró Francisco, Juan Pablo II estuvo internado luego del atentado que sufrió en la plaza de San Pedro. Asimismo, fue operado casi diez años después por un tumor de colon.
Por esta razón, en el décimo piso del hospital se encuentra un apartamento y una pequeña capilla. Juan Pablo II solía llamarlo “Vaticano III”.
A fines de 1992, el Papa polaco también se asomó a la ventana para saludar a los fieles luego de rezar un Ángelus. Cuatro años después y en 2005, repitió el rezo dominical antes de morir pese al estado avanzado de Parkinson que sufría.