La primera ministra británica, Liz Truss, ha llegado a EE. UU. para participar en la Asamblea General de la ONU y reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden, en su primer viaje al extranjero desde que asumiera el cargo el pasado 6 de septiembre. La jefa del Gobierno tiene previsto intervenir en las Naciones Unidas este jueves y reunirse con líderes internacionales, entre ellos Biden y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
La entrevista con Biden se produce en momentos de tensión por la amenaza británica de reconsiderar de manera unilateral el Protocolo de Irlanda del Norte del Brexit, pensado para evitar una frontera física entre las dos Irlandas pero que ha creado problemas al fijar la frontera aduanera en el mar de Irlanda.
El presidente de EE. UU. no ha ocultado su inquietud por que la disputa del Brexit pueda poner en peligro el acuerdo de paz de Viernes Santo (1998), que puso fin a treinta años de conflicto, y se ha mostrado reacio a alcanzar un acuerdo comercial.
En ese sentido, Truss admitió a los medios británicos que no espera un pacto comercial con EE. UU. en el “corto o medio plazo”, dado que no hay negociaciones comerciales entre las partes.
No obstante, los comentaristas han subrayado que los dos líderes pueden encontrar puntos en común en asuntos internacionales como la guerra en Ucrania o la relación con China.
Al margen de su reunión con Biden, la primera ministra destacó su intención de tener una relación constructiva con Francia y confió en que los dos países puedan trabajar juntos en muchos aspectos.
Su reunión con Macron llega precedida por las polémicas palabras de Truss durante la campaña de las primarias conservadoras para suceder a Boris Johnson, en las que dijo que “está en duda” si el presidente francés es “amigo o enemigo”.