Las barricadas rodean las calles del centro de la ciudad en las que solo se ve a unas decenas de personas paseando entre las tiendas cerradas y solo unos pocos espacios están abiertos. Pero lo que abundan son los militares. Hace una semana, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, afirmó que las fuerzas rusas se están preparando para bombardear Odessa, lo que consideró que será un “crimen histórico”.
Otro de los escenarios que se plantean las autoridades ucranianas es que Rusia busca aislar a Odessa del resto de Ucrania, en el caso de que las fuerzas rusas avancen desde los territorios que han ido ocupando en la región de Mykolaiv, zona donde los bombardeos se han intensificado en los últimos días. Ante todos esos planes, muchos de los habitantes de Odessa han optado por dejar la ciudad y partir hacia los países más cercanos, como Rumania o Moldavia, mientras que otros han querido quedarse.
La mayoría de los soldados que están apostados con sus armas para defender la ciudad en caso de que entren las tropas rusas no superan los 25 años. Según informaron medios extranjeros en la zona, los soldados dicen que están “listos” para cualquier avance de las tropas rusas y que lucharán sin importar lo que ocurra para “devolver el brillo perdido a la ciudad”.
No obstante, aunque algunos hayan optado por permanecer en la urbe estratégica y hasta enfilarse en el ejército para defender la ciudad, aún tienen miedo y no dudarían en escapar en caso de que Rusia ocupe Odessa.