Un productor de quesos italiano murió en la noche del domingo al ser aplastado por miles de hormas de queso de unos cuarenta kilos cada una que cayeron al romperse la estantería sobre la que reposaban en Lombardia.
“Tuvimos que desplazar los quesos y las estanterías manualmente. Nos llevó aproximadamente 12 horas encontrar” a la víctima el lunes por la mañana, explicó Antonio Dusi, un responsable de los bomberos de Bérgamo, subrayando lo “compleja” que fue la operación.
El almacén, situado en la pequeña ciudad de Romano di Lombardia, al sur de Bérgamo, contenía 25.000 hormas de queso almacenadas en estanterías de metal.
Miles de ellas cayeron, matando al propietario de la empresa, Giacomo Chiapparini, de 74 años, que trabajaba dentro del almacén.
Según informó la agencia de noticias AFP, la familia de la víctima alertó a los equipos de rescate, cuando oyeron el estruendo de la caída.
Según el periódico Il Corriere della Sera, la víctima se hallaba sola en el almacén, que se usaba para guardar las ruedas de queso durante el período de curación y en el que había entrado para revisar un robot que daba la vuelta y limpiaba los quesos.
El queso producido por esta empresa es el Grana Padano, que se parece al parmesano y es muy popular en la península.