Un niño de cuatro años accidentalmente rompió una vasija de aproximadamente 3.500 años de antigüedad durante una visita al Museo Hecht de Israel. El incidente ocurrió el pasado viernes, cuando el pequeño, que estaba acompañado por sus padres, chocó sin querer contra la antigua reliquia.
La vasija, creada en la región de Canaán durante la Edad del Bronce, se cayó de su soporte metálico y se rompió cuando el niño intentó asomarse para ver que tenía adentro.
El museo, ubicado en Haifa, al norte de Israel, informó en un comunicado publicado el martes en sus redes sociales que un equipo de restauradores, liderado por el arqueólogo Roy Shapir, ya está trabajando en la reparación de la vasija.
La galería aseguró que la pieza será reinstalada pronto y que se documentará el proceso de restauración para mostrarlo al público.
Exposiciones sin vidrios
El Museo Hecht opta por no proteger sus exhibiciones con vitrinas o barreras, permitiendo que los visitantes tengan un acceso directo a los objetos expuestos.
Esta política, según el museo, ofrece una experiencia más auténtica al observar hallazgos arqueológicos. A pesar del incidente, el museo reafirmó que mantendrán esta práctica.
El museo también aclaró que el daño a la vasija no fue intencional. La reliquia, que data de mediados de la Edad del Bronce (alrededor del 1.150 a.C. al 1.500 a.C.), es anterior a las figuras de los reyes David y Salomón.
Se trata de una vasija utilizada para almacenar aceite y vino, característica de la región de Canaán, y fue hallada intacta en una excavación arqueológica.