Un inédito caso ha causado conmoción en Estados Unidos. Una enfermera de 38 años del estado de Wisconsin está acusada de amputar el pie de un anciano sin permiso con el objetivo de exhibirlo en una tienda de animales disecados que es propiedad de su familia.
Se trata de Mary K. Brown, habitante de la ciudad de Durand. Según la demanda que se presentó, la mujer le cortó el pie derecho a un paciente de 62 años en el Centro de Salud y Rehabilitación de Spring Valley en el condado de Pierce el 27 de mayo. Debido a esto, el jueves pasado fue acusada de abuso de ancianos.
De acuerdo a la declaración prestada por dos enfermeras que estuvieron presentes, Brown contó que su familia era propietaria de una tienda de taxidermia y que planeaba exhibir el pie del paciente en ella junto a un letrero que dijera: “Pónganse las botas, niños”.
Los pies del hombre se habían congelado
En marzo, el hombre de 62 años fue recibido en el centro de salud de Spring Valley luego de sufrir congelamiento en sus pies y piernas tras haberse caído en su domicilio donde la calefacción se apagó. Así lo aseguró Halle Hatch, fiscal de distrito del condado de Pierce, en su declaración judicial.
Cuando el hombre llegó a la casa de retiro de Spring Valley, los empleados vieron que sus pies estaban en muy mal estado y los tenía “negros como una momia”. Además, notaron que expedían un olor nauseabundo.
A medida que pasaron los días, el hombre se levantó de la cama. Pero cuando intentó andar, el paciente cayó y su pie derecho se destrozó aún más. Tracy Reitz, directora de enfermeras del sanatorio para ancianos, se encargó de vendarlo.
Cuando Brown, la enfermera acusada, notó la condición del hombre, pidió permiso al administrador del lugar para amputarle el pie derecho. Sin embargo, el administrador le dijo que no era posible y le ordenó a la mujer que solo estabilizara el pie, ya que creían que el señor moriría en cuestión de horas, lo que no sucedió.
¿La enfermera traspasó los límites o cometió un acto en favor del paciente?
El 27 de mayo, cerca de las 14:30, Brown le pidió ayuda a dos colegas, identificadas como Enfermera 3 y 4, para cambiar el vendaje del hombre.
Las enfermeras aseguraron que mientras Brown cambiaba los vendajes, se mostró incrédula de que nadie le aprobara la solicitud que había hecho. En ese momento, Brown amputó el pie del paciente con unas tijeras de gasa.
La mujer admitió luego que llevó a cabo este procedimiento sin que se lo solicitara el paciente y que, además, lo había realizado más allá del alcance de su trabajo como enfermera. Declaró también que era consciente de que ningún médico se lo había aprobado.
El administrador del lugar llevó adelante una investigación propia y determinó que Brown había amputado el pie por “dignidad y comodidad” del hombre y creyendo hacer “lo correcto”, no por ningún otra razón maliciosa o de maltrato.
No obstante, le Enfermera 4 declaró que Brown insistió y presionó para llevarse el pie a su casa, el cual había sido puesto en un congelador dentro de una bolsa de desechos biológicos, para preservarlo.
La jefa de enfermeras rechazó la idea de Brown y pidió que el paciente fuera monitoreado para evitar inconvenientes.
Días después, el hombre finalmente falleció y su cuerpo y su pue fueron trasladados a una funeraria. Allí, un médico forense notó “circunstancias inusuales” al descubrir que el pie del hombre no estaba unido a su cuerpo. Inmediatamente, le alertó esto a los investigadores.
