Los esfuerzos de Elon Musk para proporcionar acceso a Internet a la tribu amazónica aislada Marubo han fracasado, según los ancianos tribales, quienes culpan a las “redes sociales y la pornografía” por destrozar a la comunidad.
Hace nueve meses, la llegada de Starlink, el servicio de Internet de Musk, llevó al interntet por primera vez a la remota tribu Marubo, ubicada a lo largo del río Ituí, Brasil. Esta introducción provocó una amarga división dentro de la comunidad de 2.000 miembros, entre aquellos que desean mantener su modo de vida libre de la tecnología y aquellos dispuestos a adoptarla.
Los Marubo, una tribu con su propio idioma, consumen ayahuasca para establecer una conexión espiritual con el bosque y practican la captura de monos araña como alimento o compañía. Durante siglos, el aislamiento, con algunas aldeas a una semana de viaje, salvaguardó su modo de vida tradicional. Sin embargo, desde septiembre, el acceso a Internet de alta velocidad proporcionado por el proyecto de Elon Musk lo cambió todo.
“Cuando llegó, todos estaban felices. Pero ahora las cosas han empeorado”, dijo Tsainama Marubo, de 73 años, al New York Times. “Los jóvenes se han vuelto perezosos debido a Internet. Están aprendiendo las costumbres de los blancos”, agregó, antes de hacer una pausa y añadir: “pero, por favor, no nos quiten Internet”. La red se convirtió en un arma de doble filo para los Marubo, esencial pero plagado de consecuencias imprevistas.
En solo nueve meses con Starlink, los Marubo ya se enfrentan a los mismos problemas que afectaron a millones de hogares en todo el mundo: adolescentes constantemente en sus teléfonos, chats grupales llenos de chismes, redes sociales adictivas, extraños en línea, videojuegos violentos, estafas, desinformación y pornografía.