Este jueves, Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, brindó una conferencia en la que se cruzó con un periodista que cuestionó la posición del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre la necesidad de garantizar abortos seguros y legales. “Usted nunca ha estado embarazado”, respondió la funcionaria.
En este contexto de vigencia de la ley antiaborto en Texas, un periodista de Eternal Word Television Network (EWTN), una red de canales por cable católicos, realizó una pregunta a Psaki sobre por qué apoya Biden la interrupción voluntaria del embarazo si “su propia fe católica enseña que el aborto es moralmente incorrecto”.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca respondió que Biden “cree que es un derecho de la mujer, es el cuerpo de la mujer y es su elección”.
“¿Quién cree, entonces, que debe velar por el no nacido?”, ha cuestionado el reportero acto seguido, lo que ha exasperado a Psaki, que le ha contestado que el mandatario cree que depende de la mujer tomar esas decisiones, con su médico.
“Sé que usted nunca ha afrontado esa decisión ni ha estado nunca embarazado, pero para las mujeres ahí afuera que hacen frente a esa elección es algo increíblemente difícil y el presidente opina que sus derechos deben respetarse”, disparó.
Biden cuestionó la decisión de la Justicia
Biden ha ordenado este jueves movilizar todos los recursos de que dispone su Gobierno para proteger el derecho al aborto en Texas, después de la entrada en vigor de una ley que prácticamente prohíbe totalmente este tipo de intervenciones en el estado.
El mandatario arremetió en un comunicado contra el Tribunal Supremo del país, que con una mayoría conservadora reforzada, ha decidido no bloquear esa norma, que entró en vigor el miércoles y que prohíbe abortar a las seis semanas de gestación. Biden ha considerado que la decisión judicial es “un ataque sin precedentes a los derechos constitucionales de las mujeres” garantizados en el fallo de 1973 en el caso de Roe contra Wade, gracias al que el aborto fue reconocido como un derecho constitucional.
La nueva legislación de Texas veta el aborto a las seis semanas de gestación, cuando se puede detectar el latido del corazón del feto y muchas mujeres no saben aún que están embarazadas; y no contempla excepciones en casos de incesto o violación.
Además, permite a particulares presentar demandas civiles contra cualquier persona que ayude a una embarazada a abortar si creen que infringen la prohibición y ofrece indemnizaciones de hasta 10.000 dólares al demandante si gana el juicio.
La ley fue firmada en mayo pasado por el gobernador del estado, el republicano Greg Abbott, después de que recibiera el visto bueno de la Cámara Baja y el Senado estatal, ambas controladas por los conservadores.
Poco después de su entrada en vigor, el Tribunal Supremo del país optó por no bloquear la ley, con un resultado ajustado 5-4, lo que supuso un rechazo a la solicitud de emergencia presentada por varias clínicas y profesionales médicos de ese estado para detener la norma.