Vegetales 2.0: Científicos enseñan a espinacas a mandar correos electrónicos

Esta nueva función servirá para advertirnos sobre materiales explosivos y hasta para cambios climático.

Vegetales 2.0: Científicos enseñan a espinacas a mandar correos electrónicos
Enseñan a espinacas a mandar correos para advertir por cambios climáticos.

Gracias a los avances tecnológicos de este siglo y a la nanotecnología, científicos estadounidenses han logrado algo sacado de una película de ciencia ficción, que las espinacas capten con sensores materiales explosivos y, estas plantas a su vez, puedan ser capaces de transmitir esta información de forma inalámbrica a los científicos.

El proceso comienza cuando las raíces de las espinacas detectan la presencia de nitro aromáticos en el agua subterránea, el cual es un compuesto que suele encontrarse en explosivos como las minas terrestres. Allí los nanotubos de carbono de las hojas de espinacas emiten una señal. Esta señal es leída por una cámara de infrarrojos, que envía una alerta a los científicos.

El experimento mencionado forma parte de un campo de investigación más amplio que implica la ingeniería de componentes y sistemas electrónicos en las plantas. Esta tecnología es conocida como “nanobiónica vegetal” y consiste, básicamente, en dotar a las plantas de nuevas capacidades.

El profesor que dirige la investigación, Michael Strano, explicó:“ Las plantas son muy buenos químicos analíticos, tienen una extensa red de raíces en el suelo, por lo que están constantemente tomando muestras de agua subterránea y tienen una forma de auto impulsar el transporte de esa agua hasta las hojas”.

El científico Strano añadió sobre el proyecto: “Se trata de una novedosa demostración de cómo hemos superado la barrera de comunicación entre plantas y humanos”.

Un proyecto que puede advertir cambios climáticos

Aunque el principal objetivo de este experimento es detectar explosivos, Strano y otros científicos, están barajando la posibilidad de que esto podría utilizarse para ayudar a advertir a los investigadores sobre la contaminación y otras condiciones medioambientales.

Cuando comenzó el estudió para que las espinacas enviaran correos electrónicos el profesor Strano, utilizó nanopartículas para convertirlas en sensores de contaminantes. Modificando la fotosíntesis de las plantas, consiguió que detectaran el óxido nítrico, un contaminante provocado por la combustión.

“Las plantas son muy sensibles al medio ambiente”, dice Strano a lo que suma: “Saben que va a haber una sequía mucho antes que nosotros. Pueden detectar pequeños cambios en las propiedades del suelo y el potencial hídrico. Si aprovechamos esas vías de señalización química, podemos acceder a una gran cantidad de información”.

Cuando no está ocupada enviando correos electrónicos a los investigadores, las espinacas parecen tener también la clave para alimentar eficazmente las pilas de combustible.

Para el estudio se eligieron las espinacas por su abundancia de hierro y nitrógeno, elementos importantes en los compuestos que actúan como catalizadores. Los investigadores tuvieron que lavar, exprimir y moler las espinacas hasta convertirlas en polvo, pasando de su forma comestible a nanoplanchas adecuadas para el proceso.

“El método que probamos puede producir catalizadores muy activos a base de carbono a partir de espinacas, que son una biomasa renovable”, añade Zou. “De hecho, creemos que supera a los catalizadores comerciales de platino tanto en actividad como en estabilidad”.

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