El hallazgo de “entre 40 y 50 cadáveres” en la prisión siria de Sednaya, al norte de Damasco, expuso la crueldad que reinó durante el régimen de Bashar Al Assad. Calculan que este lugar albergó entre 10.000 y 20.000 detenidos, donde la mayoría fue sometida a torturas y ejecuciones en secreto.
Luego de la toma de la capital siria por los rebeldes del Organismo de Liberación del Levante (HTS), se llevaron a cabo operaciones de rescates por equipos especializados y la llegada de los familiares de los desaparecidos.
Así lo informó el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, a la agencia EFE. En su declaración, aseguró que “la mayoría de los cuerpos encontrados presentaban evidencias de ejecuciones recientes”.
Los testimonios y videos difundidos tras la apertura del establecimiento muestras a prisioneros con signos claros de tortura. La prisión, conocida por ser un centro de tortura y ejecuciones, estaba bajo el control de la Policía Militar siria.
Entre 2011 y 2016, fueron ejecutadas hasta 13.000 personas en este centro apodado “el matadero”. Además, se mencionó la instalación de crematorios para deshacerse de los cuerpos y condiciones inhumanas. Según informaron, desde el 2011 se convirtió en el destino final de los políticos, manifestantes pacíficos y militares de la oposición.
Como se mencionó anteriormente, la liberación de prisioneros tras el fin del régimen de Bashar Al Assad provocó una desesperada búsqueda por parte de los familiares de los desaparecidos. Al no encontrar a sus seres queridos, decenas de personas se congregaron fuera de la prisión con la esperanza de encontrarlos con vida o tener alguna información.
En las inmediaciones del lugar, las familias optaron por revisar los documentos descartados, mientras que otros preguntaban a los prisioneros liberados en busca de pistas. Por su parte, los equipos de rescate continúan trabajando en algunas áreas que permanecían bloqueadas, como las subterráneas.
Por otro lado, además de la liberación de los prisioneros políticos, algunos criminales comunes se han escapado. Por lo tanto, se dificulta el rastreo de desaparecidos.