Bautizada como “Carnaval de la Democracia” después de que bolsonaristas radicales intentaran derrocar a Luiz Inácio Lula da Silva a una semana de su mandato, la alegría y el renacimiento coincidieron en los desfiles como la más fuerte manifestación contra la opresión.
Desde la ministra de Cultura de Lula, Margareth Menezes, alabando con su canto el poder revolucionario de las artes en el desfile de Mangueira, hasta el pedido de Salgueiro por “hambre y guerra nunca más” tuvieron eco en un público que no escondió su deseo de cambio y un nuevo devenir.