Video: le usurparon la casa y echó a los ocupas a palazos con la ayuda de dos amigos

Ocurrió en España. Al regresar de sus vacaciones, Víctor encontró su casa ocupada por al menos 12 personas, entre las que habían niños y mujeres. “En ningún momento utilizamos insultos o amenazas. Llevábamos los palos porque no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar”, agregó el propietario del inmueble.

Video: le usurparon la casa y echó a los ocupas a palazos con la ayuda de dos amigos
El propietario, de remera roja, ingresa a la fuerza a su propia casa. / Foto: Gentileza

Víctor es el dueño de una casa que fue ocupada el pasado sábado en Murcia, España. Según comentó, todo ocurrió cuando volvía de sus vacaciones con su mujer y su hija y al intentar ingresar en su vivienda vio que la llave no entraba. Su familia empezó a llorar. Tras dejarlas en casa de un familiar, inmediatamente Víctor fue a buscar a dos amigos para sacar a los okupas de su casa.

Toda la escena fue grabada y ya se convirtió en viral. Los 3 hombres entraron en la casa armados con palos y echaron a los okupas de la vivienda. Los intrusos salieron de la casa a pie y les dijeron que pensaban que la casa era del banco.

“La casa es mía, la estoy pagando desde hace un año. Tengo una hipoteca de 350 mil euros”, aclara el propietario.

Según se ve en las grabaciones, van saliendo de la casa una docena de personas. Antes de expulsarlos, el propietario de la vivienda rompe una parte de la piscina, que empieza a perder agua y después le lanza una toalla a uno de los okupas, detalla Clarín.

El propietario del inmueble reconoce que quizá las formas con las que entraron en la casa no fueron las mejores. “No es correcto cómo actuamos. Entrar intimidando. Los okupas al principio no se mostraron cooperativos pero luego ya sí. Nosotros les dejamos recoger sus cosas, lo recogieron todo y salieron a pie”, relata.

“En ningún momento utilizamos ningún insulto ni amenaza. Llevábamos los palos porque no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar”, agregó Víctor.

“Tuvimos suerte porque los okupas se mostraron cooperativos”, subrayó el protagonista de esta historia.

Al mismo tiempo, lamentó que hubiera niños en la vivienda. “Un compañero les dijo que salieran afuera a esperar a los adultos. Antes de que ese niño llorase mi niña también lloró y si tiene que llorar alguien que sea el okupa y no el propietario. El okupa tiene todos los derechos y los propietarios ninguno”, lamenta.

Y contó su situación financiera personal: “tengo una casa con una hipoteca bravísima, me quedan 30 años por pagar. Y ves que hay gente disfrutándola y vos no”.

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