La Catedral de Notre-Dame, uno de los monumentos más emblemáticos de Francia, está a punto de reabrir sus puertas al público tras un largo período de restauración, casi cinco años después de haber sido devastada por un incendio en abril de 2019.
El desafío de restaurar Notre-Dame parecía casi imposible cuando las llamas consumieron gran parte de la catedral. Sin embargo, el ambicioso proyecto logró lo impensable. Con el apoyo de miles de artesanos, restauradores y donantes de todo el mundo, la catedral se transformó en un símbolo de resiliencia y unidad, tanto para Francia, como también para el mundo entero.
“Reconstruiremos la catedral de Notre-Dame. Todos juntos. Forma parte de nuestro destino francés”, declaró el presidente francés, Emmanuel Macron, cuando las llamas aún ardían tiempo atrás.
El jefe del Estado se dio un plazo de cinco años para reconstruir el edificio (propiedad del Estado francés). Poco después del incendio, varias personas adineradas, grupos industriales y particulares anónimos mostraron su generosidad.
En sólo 24 horas se habían comprometido más de 800 millones de euros, con 340.000 donantes de 150 países de todo el mundo.
El trabajo de los artesanos y la tecnología en Notre-Dame
La restauración de Notre-Dame no fue una tarea sencilla ni rápida. La reconstrucción implicó una inmensa cantidad de trabajo especializado, lo que requirió la colaboración de aproximadamente 2.000 trabajadores y artesanos, según indicó Infobae.
Philippe Villeneuve, el arquitecto jefe de la catedral desde antes del incendio, fue clave en la elección de materiales y técnicas tradicionales para la restauración. Insistió en la necesidad de usar los mismos materiales que se utilizaron en la construcción original de la catedral, como la piedra caliza, el plomo y la madera, para mantener su autenticidad y longevidad.
A lo largo del proceso, una de las mayores dificultades fue la restauración de la bóveda central, cuya estructura se desplomó debido al colapso de la aguja de la catedral.
Philippe Jost recordó cómo este era uno de los puntos más críticos de la reconstrucción, pero a pesar de los desafíos, el equipo pudo restaurar cada piedra, cada detalle arquitectónico con una precisión asombrosa.
Más de 2.000 artesanos participaron en la ardua restauración, usando técnicas tradicionales (AFP)
Los milagros de la restauración artística
Uno de los aspectos más emotivos y visibles de la restauración de Notre-Dame es el regreso de sus obras de arte más queridas, que sobrevivieron al incendio o fueron restauradas con gran dedicación. Entre ellas destaca la escultura de la Virgen con el Niño, que milagrosamente sobrevivió a las llamas y fue reubicada temporalmente en la iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois antes de ser reinstalada en la catedral. Esta escultura es solo uno de los muchos tesoros restaurados, incluidos los murales, que estaban cubiertos de hollín y suciedad, acumulados durante siglos.
Diana Castillo, restauradora de pintura, explicó a CBS News cómo, después de un largo proceso de limpieza, los frescos comenzaron a brillar de nuevo, mostrando sus colores originales, especialmente los cielos estrellados de azul profundo y dorado.
A lo largo de la restauración, más de 1.300 piedras fueron utilizadas para reconstruir las paredes y las bóvedas, y los 8.000 tubos del órgano fueron removidos y restaurados a fondo. Cada detalle fue cuidadosamente restaurado para devolverle a la catedral su esplendor original, pero también para incorporar nuevas soluciones tecnológicas, como sistemas de detección de incendios y supresión de llamas, que aseguren la protección de la catedral en el futuro.
Cuándo abre Notre Drame
A partir de este sábado 7 de diciembre, el icono parisino vuelve a abrir su agenda de eventos con misas, conciertos y visitas gratuitas.
El primer acto religioso, que podrá seguirse en directo en todo el mundo de forma online, tendrá lugar este sábado y comenzará con la solemne apertura de las puertas de la fachada occidental y la bendición del templo, para continuar con un oficio amenizado por los cánticos del coro y el órgano.
Este primer evento estará encabezado en el interior por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, y por el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, en el exterior y contará con la presencia de autoridades políticas como el recientemente electo nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de representantes del clero de todo el mundo. El Papa Francisco, sin embargo, no asistirá.
Por su parte el domingo, la misa de las 10.30 de la mañana inaugurará una serie de ocho oficios religiosos con asistentes invitados por la diócesis, como miembros del clero de todo el mundo, seminaristas, mecenas y donantes, asociaciones solidarias y fieles de París.
Por la tarde se celebrará la primera eucaristía abierta al público y a los parisinos que esperaron cinco años este momento.