El primer ministro británico, Rishi Sunak, conversó este lunes con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acerca de la seguridad “a largo plazo” de Ucrania para que este país pueda defenderse de “futuras agresiones rusas”.
Ambos líderes mantuvieron hoy una reunión en Chequers, residencia campestre del primer ministro británico a las afueras de Londres, para tratar sobre la asistencia militar que necesita Ucrania ante la agresión rusa, para lo que Zelenski reiteró la importancia de contar con aviones de combate porque Ucrania no controla su espacio aéreo.
Al término del encuentro, Sunak dijo que su país sigue “firme” en su apoyo a Ucrania y que la entrega de aviones de combate no es algo fácil porque requiere el entrenamiento de los pilotos ucranianos y también la logística para controlar esas aeronaves. “Un tema de conversación que hemos tenido hoy es sobre los asuntos de seguridad a largo plazo que debemos establecer entre los países aliados para garantizar que pueda defenderse y proporcionar una disuasión efectiva contra futuras agresiones rusas”, señaló Sunak.
Sobre los aviones de combate occidentales, Zelenski resaltó que pronto se tomarían “decisiones muy importantes” al respecto. “Hoy hablamos de los aviones. Es un tema muy importante para nosotros porque no podemos controlar el cielo”, afirmó Zelenski, y resaltó que Ucrania y el Reino Unido son “verdaderos socios”.
Después de la reunión, Sunak escribió en su cuenta de Twitter que el Reino Unido abrirá “una nueva escuela de vuelo” que “brindará a los pilotos ucranianos la capacitación que necesitan para manejar diferentes tipos de aeronaves, lo que les permitirá defender mejor a sus ciudadanos contra la agresión rusa”. Zelenski hizo esta visita “sorpresa” después de mantener reuniones con líderes en Roma, Berlín y París.
La semana pasada, el Gobierno británico confirmó que enviará misiles de largo alcance convencionales “Storm Shadows” a Ucrania, mientras una ola de protestas, escándalos de corrupción y discusiones internas en la estructura de gobierno sacuden al Reino Unido en medio de una profunda crisis de representatividad que no se ha detenido desde la estrepitosa salida de Boris Johnson meses atrás.