Después de 14 años desde su lanzamiento, Omegle, la popular plataforma de chat aleatorio, cierra sus puertas de manera permanente. La noticia llega a través de un comunicado de su creador, Leif K-Brooks, quien explica las razones detrás de esta decisión, destacando las dificultades financieras y psicológicas que enfrenta la plataforma.
En el comunicado, Brooks compartió la génesis de Omegle, que nació con la idea de ofrecer a los usuarios la oportunidad de “conocer gente nueva” de manera espontánea en un entorno virtual. A lo largo de los años, la plataforma ganó popularidad, llegando a recibir más de 70 millones de visitas mensuales en sus inicios, según datos de Semrush.
Sin embargo, la edad mínima para utilizar Omegle, establecida en 13 años, generó críticas y preocupaciones, ya que permitía la interacción de menores de edad con adultos. La plataforma ha estado bajo escrutinio constante debido a denuncias de abuso, con más de 50 casos relacionados con supuestos incidentes de pedofilia.
Uno de los incidentes más destacados ocurrió en febrero de 2023, cuando se viralizó una denuncia anónima de una joven que, a los 11 años, sufrió abusos a través de la aplicación. Esta y otras denuncias alimentaron la presión para que Omegle cerrara sus operaciones.
“Lancé Omegle cuando tenía 18 años y todavía vivía con mis padres. Estaba destinado a aprovechar las cosas que amaba de Internet, al mismo tiempo que introducía una forma de espontaneidad social que sentía que no existía en ningún otro lugar. Si Internet es una manifestación de la “aldea global”, Omegle estaba destinado a ser una forma de pasear por una calle de esa aldea y entablar conversaciones con las personas con las que te topabas en el camino”, inició el mensaje que publicó en su plataforma.
Brooks menciona en su comunicado que, a pesar de los buenos usos que algunos usuarios han dado a la plataforma, los “aspectos negativos”, incluyendo casos de abuso, pesaron en la decisión de cerrar Omegle. A lo largo de los años, se implementaron medidas, como el uso de inteligencia artificial para moderar el contenido, pero no fueron suficientes.
“Si algo tan simple como conocer gente nueva al azar está prohibido, ¿qué sigue? Esto está muy alejado de cualquier cosa que pueda considerarse un compromiso razonable del principio que esbocé. Las analogías son una herramienta limitada, pero una analogía con el mundo físico podría significar cerrar Central Park porque allí ocurre el crimen –o quizás, de manera más provocativa, destruir el universo porque contiene el mal. Una sociedad sana y libre no puede perdurar cuando colectivamente nos tenemos tanto miedo unos a otros”, escribió Leif K-Brooks en el comunicado.
“Desafortunadamente, lo correcto no siempre prevalece. Por mucho que desearía que las circunstancias fueran diferentes, el estrés y los gastos de esta lucha (junto con el estrés y los gastos existentes de operar Omegle y luchar contra su mal uso) son simplemente demasiado. Operar Omegle ya no es sostenible, ni financiera ni psicológicamente. Francamente, no quiero tener un ataque al corazón cuando tenga 30 años”, finalizó dándole el adiós a la plataforma que se creó en 2009.