En 2001 Los Simpson estrenaron “House of Whacks”, una de las tres historias dentro del especial “La Casita del Horror XII”. Allí la familia instalaba Ultrahouse 3000, una tecnología que automatizaba todo el hogar hasta que la computadora central -con voz de Pierce Brosnan- se enamoraba de Marge y quería matar a Homero. Esa tecnología caricaturizada capaz de controlar con la voz todos los dispositivos hogareños es una muestra divertida y exagerada de lo que hoy conocemos como ecosistema digital, aunque -por ahora- sin las risas ni el horror.
Desde hace un tiempo, las marcas apuestan a que sus dispositivos se conecten entre sí de forma “mágica” para hacer más fácil el uso. El concepto de Ecosistema Digital Hogareño no es nuevo, pero sí se ha intensificado con el creciente desarrollo de lo que se conoce como Internet de las Cosas o IoT (Internet of Things), que es la capacidad de dispositivos y electrodomésticos de conectarse a la red.
Este avance instaló también otro concepto: el hogar inteligente. Así el conjunto llevó a nuestra casa al siglo XXI aunque con menos parafernalia que en el capítulo de Los Simpson.
Todos para uno
El ecosistema digital busca que haya un uso continuo entre dispositivos y que la información que utilizamos esté disponible en todos ellos.
El uso de la información en la nube fue esencial porque ahora los equipos ya no quedan limitados a solo guardar contenido en su interior. Así, actualmente se pueden guardar fotos, contraseñas o páginas visitadas y abrirlas en una computadora, el celular o un televisor.
El que mejor posicionado tiene el concepto de ecosistema es Apple. Con cada presentación anual muestran nuevas funciones de interconexión de productos. Aman usar el término en inglés “seamless”, que en castellano sería “sin costura”, para graficar cómo una función pasa de equipo en equipo sin esfuerzo del usuario.
Un buen ejemplo está en sus auriculares que detectan los dispositivos a su alrededor y se conectan automáticamente a ellos sin que el usuario deba hacer nada más. Incluso si se deja de escuchar música en un iPhone y se pasa a una videollamada en una Macbook o ver contenido en un Apple TV, los AirPods detectarán cada acción sin problema y el usuario podrá usarlos sin tocar nada. Lo mismo pasa con la función de usar el iPad como una segunda pantalla o el iPhone como una cámara web HD complementario de otros equipos.
Todo funciona espectacular en Apple pero su magia tiene un precio y no hablamos solo de dólares. La marca garantiza un ecosistema casi perfecto pero solo entre sus propios productos. Aunque es compatible con dispositivos de otras empresas, el 100% de sus posibilidades solo funcionan en productos Apple.
Google es otra de las marcas con un ecosistema gigante y bien elaborado. A diferencia de Apple, su fuerte está en el software ya que miles de personas usan a diario su correo que ahora integran Meet para videollamadas y Workspace para utilizar un procesador de texto o una hoja de cálculo online. Además los usuarios de teléfonos con Android -que son casi 90% de los que tienen un celular en el país- ven como, por ejemplo, la empresa ofrece muchas apps propias para un sinfín de funciones. Desde Gmail o Drive hasta Fotos o Maps, la empresa integra todo para crear una nube que reúne todo.
La empresa refuerza todo esto con hardware, aunque no tienen el nivel de masividad de otras marcas. Sus teléfonos Pixel no se venden de forma oficial en Argentina ni tampoco su reloj inteligente llamado Google Pixel Watch. Tampoco su Google Home Assitant - un parlante con pantalla que funciona con comandos de voz- tampoco es el más vendido y menos aún frente a los productos similares de Amazon.
Otro que va en camino en consolidar su ecosistema es Samsung. La marca surcoreana es una de las favoritas de los argentinos y de a poco fue entrelazando sus productos para que los usuarios los combinen como quieran.
Hace poco lanzaron notebooks fabricadas en Argentina que se integran fluidamente con sus tablets Galaxy Tab y sus teléfonos de alta gama Galaxy S y Galaxy Z además de sus auriculares inalámbricos Galaxy Buds y su reloj Galaxy Watch . Pero además Samsung también es fabricante de electrodomésticos en el país, por lo que su ecosistema se amplía a heladeras, lavarropas, televisores o aires acondicionados y su app SmartThings es el centro de control para todos los productos.
Hogar conectado
La mayoría de los productos usan el Wi-Fi hogareño como centro de conexión. Así, con solo tener todos los productos conectados en una misma red es posible tener el ecosistema en marcha.
También el acceso al ecosistema puede ser personalizado porque se puede elegir no sólo qué se controla sino quién puede hacerlo. Incluso se puede automatizar para que ni siquiera haya que tocar nada para que el ecosistema funcione. Por ejemplo, utilizando geolocalización y rutinas alcanza para que las luces se apaguen cuando salimos de casa o que la cafetera se encienda al despertarnos.
Los productos conectados se van multiplicando pero pocos fabricantes pueden llegar al nivel de Xiaomi. La marca china tiene el récord de mayor cantidad de productos para el hogar que pueden integrarse o conectarse a la red.
Hay celulares y auriculares o televisores pero también balanzas, monopatines eléctricos, tomacorrientes, cámaras de seguridad, aspiradoras robot, humidificadores, cepillos de dientes eléctricos, ventiladores, infladores digitales, lámparas y mucho más. Todo tiene una app y cada dispositivo puede dejar un registro de uso.
Tomá Matter
La lucha por ofrecer productos con ecosistema propio desató una fuerte competencia que las mismas marcas acordaron calmar. Así nació Matter, un ecosistema único en el que las empresas se han comprometido a hacer sus asistentes o sus dispositivos compatibles con los del resto de las marcas integrantes. En otras palabras, es el sistema que pone fin a las apuestas comerciales que excluyen productos en vez de integrarlos.
Así, con Matter se establece un estándar de conectividad único creado por la Alianza de Estándares de Conectividad (CSA). Lo mejor es que se sumaron los gigantes como Google, Apple, Amazon, Signify y Samsung, entre otras.
Este nuevo estándar pone fin a eso de tener que elegir una misma marca para que todos los dispositivos estén conectados entre sí o sean compatibles.
Ahora bastará con ver el logo de Matter para saber que funcionará con un iPhone, una tablet de Samsung o un asistente de voz de Google sin problema.
Fácil y “barato”
Hace un tiempo destacábamos que la forma más económica de iniciar un hogar inteligente era comprar una lámpara LED smart. Estos focos -que cuestan desde $3.900- se conectan a internet y se pueden manejar desde una app pero también son lo que mejor se integran a un ecosistema digital sin problema porque varias marcas suelen ser compatibles con HomeKit de Apple, Alexa de Amazon o Assistant de Google.
Los dongles para conectar a la TV también son baratos y útiles. El Chromecast de Google -que se consigue desde $36.000- es un dispositivo pequeño que transforma en smart un televisor pero también sirve para conectar el teléfono a una pantalla más grande a través del WiFi.
Otro dispositivo que no cuesta tanto y es muy útil es el parlante smart Amazon Echo Dot. Cuesta alrededor de $60.000 y no solo sirve para escuchar música sino que utiliza el asistente Alexa para controlar por voz otros dispositivos o dar información en tiempo real sobre pronóstico, noticias, tránsito y más.