Cuando Apple presentó el primer iPhone en 2007 no solo llevó a las masas un teléfono con pantalla táctil sin teclado sino también un mercado de aplicaciones que ofrecía herramientas para casi cualquier tarea. Y aunque nada era un invento del gigante creado por Steve Jobs, sí fue la empresa que marcó el camino para los smartphones como los conocemos actualmente.
La App Store de Apple comenzó con apenas 500 aplicaciones, casi nada en comparación a las 1,7 millones de apps que tiene actualmente. A su vez ese número parece “pequeño” al lado de Google Play, la tienda de apps para Android que registra 3,7 millones de aplicaciones en la actualidad.
Ese mundo diminuto que nació en 2007 se convirtió en un universo en expansión que, sin embargo, puede colapsar pronto con el auge de la inteligencia artificial.
Apps en tiempo de descuento
¿Por qué la IA puede dejar obsoletas a las aplicaciones? La respuesta está en los desarrollos recientes que apelan a comandos de voz para ejecutar acciones sin necesidad de instalar ninguna app.
El ejemplo más llamativo es el dispositivo Rabbit R1 presentado oficialmente durante el Consumer Electronic Show (CES) en Las Vegas, donde la IA copó las novedades.
El Rabbit R1 es un pequeño dispositivo que sirve para realizar tareas a pedido del usuario. Tiene un asistente virtual conectado a internet y con inteligencia artificial que se ve entrenando a medida que recibe solicitudes. Sirve para pedir un Uber, controlar la música o buscar información. Solo hay que pedirlo y su sistema operativo Rabbit OS se encarga de la tarea. Su pequeño tamaño lo hace portable y más de uno augura que destronará algún día a los smartphones no solo por sus funciones sino también por su precio ya que se vende por 199 dólares.
Su demo dejó en evidencia que no necesita ninguna app para funcionar porque la IA se encarga de ejecutar cualquier tarea con solo tener los datos básicos del usuario.
Otro desarrollo que también amenaza a las apps es Humane IA Pin, un pequeño dispositivo que se coloca en la ropa como un broche. Se puede usar con comandos de voz y también utilizando la mano como pantalla para proyectar allí la información. Tiene funciones limitadas a hacer llamadas, reproducir música, enviar mensajes de texto o correo electrónico, traducir, tomar notas y, principalmente, a responder preguntas y brindar información gracias a la IA.
Su primera versión saldrá a la venta en breve con un precio inicial de 700 dólares.
Lenguaje, intuición y acción
Jesse Lyu, fundador y CEO de Rabbit, dejó en claro que las tiendas de aplicaciones tienen los días contados y lanzó un deseo con tintes de predicción: “El futuro de las interfaces debe ser más intuitivo”.
Para Lyu las tiendas de apps son un obstáculo para esa intuición porque su sistema de descarga, instalación y ejecución. O sea, tres pasos que, según él, deben reducirse a uno solo. A eso le suma que actualmente las apps de entretenimiento están al tope de las descargas y llega a una conclusión contundente: “Los smartphones con los mejores dispositivos para matar el tiempo en lugar de los mejores para ahorrarnos tiempo”.
Con este análisis asegura que se creó Rabbit R1 porque combina la potencia de una IA como la de ChatGPT que tiene un espectacular entendimiento del lenguaje natural con un dispositivo con pantalla táctil que aprende del usuario para cumplir tareas.
Rabbit R1 ya es un éxito de ventas pero aún queda ver si se cumple la predicción y vemos desaparecer las apps.
Google cambia las apps en Android
Los teléfonos con Android podrían tener por defecto algo que hoy es opcional: archivar una app.
La función se usa para que una aplicación “viva” en la nube cuando no se usa y deje ocupar espacio en el teléfono pero a mano para cuando haga falta.
Según Google, esta opción permite ahorrar hasta un 60% de espacio de almacenamiento en el smartphones y ahora busca incorporarlo de forma nativa en su sistema operativo móvil.