Pasar la vida frente a una pantalla es algo que los padres buscan evitar en sus hijos aunque a ellos mismos les cueste cada vez más. Desde que se inventó la televisión hasta la invasión actual de smartphones, los niños se entretienen con facilidad frente a una pantalla.
El problema es que los aparatos con conexión a internet son parte de la vida social de niños y adolescentes, y es algo que los padres no saben exactamente cómo controlar.
Sin embargo, la tecnología también ofrece alternativas para que los chicos puedan divertirse y, a la vez, explotar su lado creativo.
Preocupación, en números
Una encuesta publicada por la Fundación de Salud Mental para Niños, en Estados Unidos, revela que 50% de los padres dicen que pasar demasiado tiempo con la tecnología será el principal desafío de sus hijos para formar conexiones positivas. Para el 30%, el principal temor es el acoso escolar que las redes sociales pueden provocar y 19% dijo que sus hijos tienen dificultades para establecer conexiones porque sienten que no encajan debido a su raza, etnia, cultura, nivel de ingresos o identidad de género.
El tiempo que los chicos pasan conectados es lo que más preocupa a los padres. Un informe de la ONG Save the Children señala que 58% de los niños utiliza internet de manera habitual desde los 11 años pero que antes de cumplir los 10, casi uno de cada tres chicos la usa de forma frecuente.
La investigación indica que a medida que crecen, más tiempo pasan conectados y llegan en promedio a cuatro horas por día.
Otro estudio, esta vez de la revista Journal of Youth and Adolescence, informó que los menores se relacionan con internet cada vez más jóvenes. Señala que muchos se inician a partir de los 7 años, especialmente si poseen un celular propio.
El dato más relevante lo aporta Mercedes Martínez, investigadora de la facultad de Psicología de la UNED y secretaria ejecutiva de la asociación Infancia y Comunicación, quien también fue una de las autoras del informe. Afirma que han encontrado que la edad no determina una mayor vulnerabilidad en el consumo de contenido online. “El problema es que sí parece influir la propiedad del teléfono: tanto en los niveles de malestar de los menores de edad, que son más elevados, como en las estrategias de educación de los padres, cuya eficacia se reduce”.
¿Desconectar o no?
La tecnología, especialmente los celulares, dan sensación de pertenencia a niños y adolescentes. “Sabemos que las conexiones ayudan a fomentar un sentido de pertenencia y cuando los niños sienten que pertenecen, por ejemplo, a la escuela, se desempeñan mejor académicamente y viven vidas más saludables en general. La pertenencia es especialmente importante para la adaptación”, señala Ariana Hoet, directora clínica ejecutiva de la Kids Mental Health Foundation y psicóloga pediátrica del Hospital Pediátrico Nacional de Ohio, Estados Unidos.
Según Hoet, citada por el sitio Healthday Spanish, asegura: “La tecnología no es del todo buena ni del todo mala, pero los padres deben buscar señales de advertencia si creen que el equilibrio de su hijo con el uso de la tecnología está afectando a sus conexiones sociales en el mundo real”.
Los dispositivos que sí ayudan
Como en cualquier tecnología, el uso que le damos es el equivalente al provecho que le sacaremos.
Aunque los celulares seduzcan de forma universal, hay dispositivos que pueden interesar y ayudar a los chicos.
Tablets
Son la mejor alternativa a un celular porque cuentan con pantalla más grande, muchas solo traen conexión WiFi y el control parental es más fácil de manejar para los adultos. Son ideales para ver videos, escribir, dibujar y jugar.
Cuentan con una variedad tan amplia que hay opciones con funciones, capacidad y precios que se ajustan al bolsillo familiar y también a la edad de cada chico.
Por ejemplo, para los más chicos existen las pizarras mágicas que permiten dibujar y funcionan a pilas; y para los más grandes, las tablets con mayo resolución, potencia y batería.
Kits de robótica
Esta opción es poco explorada por los padres y puede despertar pasiones si los chicos se enganchan.
Aunque la etiqueta de “educativo” espante a algunos, la posibilidad de explorar opciones para armar un dispositivo propio vale la pena.
También estamos frente a varias alternativas, aunque aquí la mayoría se enfoca en niños desde los 10 años.
Hay opciones con piezas para armar robots o maquinaria de construcción pero para preadolescentes hay kits con piezas para aprender a programar y domotizar artefactos del hogar como luces o puertas.
Smartwatch para niños
Para los chicos es una forma de controlar su actividad física, escuchar música o hacer llamadas a contactos preestablecidos pero sin las distracciones de las pantallas más grandes y para los padres la ventaja es que pueden monitorear la ubicación y la actividad física de los niños cuando están en la escuela, en la calle o en cualquier parte del hogar. Incluso algunos modelos incluyen un Walkie talkie para enviar mensajes de voz instantáneos.
Estos dispositivos también cuentan con un sinfín de opciones en marcas y precios. Incluso hay modelos especialmente para niños de distintas edades.
Juegos de mesa tecno
Muchos juegos tradicionales se “mudaron” al formato digital a través de las apps - por ejemplo Monopoly, Clue o trivias al estilo Preguntados-, pero otros aprendieron a combinar los mejor del mundo físico y digital.
Así, muchos juegos de mesa ahora vienen con cartas, dados y tableros pero también con códigos QR para descargar alguna app que se integra a las partidas para un entretenimiento más interactivo.
Por ejemplo, DropMix es un juego musical que utiliza cartas que tienen un chip NFC que al acercarlos al celular genera una mezcla músical al instante. De este estilo hay varios y son ideales para chicos de entre 10 y 18 años, aunque también son para adultos.
