¿Reparar o reemplazar? 7 señales de que tu teléfono necesita un recambio

Muchas fallas de los smartphones se pueden reparar pero no todas. Cómo saber cuándo llevarlo al técnico y cuándo salir a comprar uno nuevo.

¿Reparar o reemplazar? 7 señales de que tu teléfono necesita un recambio
7 señales de que tu teléfono necesita una recambio.

La relación que tenemos con nuestro smartphone es casi romántica: nos enamoramos a primera vista, en el primer tiempo no vemos defectos pero un día las cosas comienzan a fallar. Aunque no nos podemos divorciar del teléfono cuando hay más momentos de estrés que de felicidad, estas relaciones comienzan con una premisa sabida aunque negada: los teléfonos eventualmente se pondrán lentos o dejarán de funcionar.

Cuando los primeros problemas aparecen, la pregunta es: ¿hay que reparar o comprar uno nuevo? Para muchos usuarios la respuesta no es tan sencilla. Un dispositivo nuevo no es barato pero muchas veces las reparaciones son solo parches que dilatan brevemente un final fatal e inevitable.

¿Lo arreglo o lo cambio?

La marca, el modelo y la edad del teléfono son las variables que hacen la diferencia a la hora de saber si alcanza con reparar o si hay que salir a comprar uno.

Aunque existen muchos factores que afectan a los smartphones, agrupamos siete problemas comunes que enfrentan los usuarios y los hacen dudar sobre cómo solucionarlos.

Las baterías tienen una vida útil que se va agotando y, sin cuidados adecuados, pueden llegar más rápido a su fin.
Las baterías tienen una vida útil que se va agotando y, sin cuidados adecuados, pueden llegar más rápido a su fin.

1 - La batería no dura casi nada

Este es el problema más común en los teléfonos que tienen algo más de dos años. Lo saben bien quienes pasan dos o tres veces al día buscando dónde enchufarlo.

Las baterías tienen una vida útil que se va agotando y, sin cuidados adecuados, pueden llegar más rápido a su fin.

Aunque en la mayoría de los smartphones más nuevos no sea posible remover la batería y reemplazarla nosotros mismos como sucedía antes, un técnico especializado sí puede hacerlo. El problema aquí es que una batería nueva, si es de marca genérica, resolverá el problema pero sólo por un tiempo que será muy corto mientras más intensivo sea nuestro uso. Si, en cambio, se consigue de la misma marca se notará una gran mejora pero será en función del modelo del teléfono.

2 - El teléfono anda lento

Estamos aquí ante el segundo problema más habitual. Tocar una app y que tarde varios segundos en abrirse es una señal de alarma clarísima. También la edad del equipo y la frecuencia de uso hacen que este inconveniente se incremente.

Se puede mejorar un poco la velocidad formateando el equipo -que es volver a la configuración de fábrica- y eliminando apps que no se usen. Sin embargo, al igual que pasa con la batería, solo es una solución temporal. Los chips y procesadores del teléfono también se agotan y tienen un ciclo vital que se termina.

Si nuestra actividad digital es intensa, lo mejor es pensar en un teléfono nuevo ya que de otra forma el equipo viejo no podrá seguirnos el ritmo.

3 - El sistema operativo está desactualizado

Ya sea que se tenga un teléfono con Android o con iOS de Apple, las actualizaciones del sistema operativo son las que mitigan el desgaste natural de los componentes físicos del smartphones como la batería o el procesador.

Las actualizaciones no sólo traen mejores funciones sino que buscan aliviar la cantidad de energía y recursos que se necesitan para ejecutar una app o una función.

El problema es que, especialmente en Android, después de dos o tres años, los equipos dejan de recibir actualizaciones y se inicia una cadena de fallas que lleva a un desenlace fatal.

Los más afectados siempre son los equipos de gama baja o media, cuyos componentes no están destinados a durar mucho tiempo y el sistema operativo en muchas ocasiones se actualiza una vez y no vuelve a hacerlo.

4 - El teléfono se reinicia solo

Este tipo de problemas es de los que más angustia generan porque no siempre está claro cuál es el inconveniente. El reinicio aleatorio se puede ocasionar por diversos motivos: falla de la batería, problemas de software, exposición a altas temperaturas, golpes con daño interno, etc.

También el equipo puede ser víctima de un virus, algo que no es inusual, especialmente en Android. Muchas veces con instalar un antivirus que escanee el equipo es suficiente o también se puede formatear.

Sin embargo, si no se tiene idea de cuál es el problema la mejor opción es llevar al servicio técnico si está en garantía o consultar con algún especialista. En cambio, si el equipo ya tiene varios años, lo más probable es que sea una problema de “vejez” debido al desgaste de alguno de sus componentes.

El teléfono se reinicia solo. Este tipo de problemas es de los que más angustia generan porque no siempre está claro cuál es el inconveniente.
El teléfono se reinicia solo. Este tipo de problemas es de los que más angustia generan porque no siempre está claro cuál es el inconveniente.

5 - No hay suficiente espacio de almacenamiento

Cada vez que salta el cartel que avisa que el teléfono está lleno muere una neurona en nuestro cerebro. El estrés que genera estar limpiando constantemente para ganar espacio es uno de los impulsores de la renovación de teléfonos.

Cada año el sistema operativo, las aplicaciones y las cámaras requieren mayor espacio de almacenamiento y la industria va duplicando la capacidad de base de los smartphones. Un equipo de 16GB o 32GB es casi inservible para los estándares actuales y aunque muchos permiten expandirse con tarjetas de memoria, no es lo mismo.

Los equipos actuales ya vienen con capacidad mínima de 128GB y quizá dar el salto a una equipo con esa memoria sea una buena opción.

6 - La pantalla está rota

Más de un teléfono se ha estrellado contra el suelo y, tras el susto inicial, ha seguido funcionando a pesar de que la pantalla está trizada. Aunque responda al tacto, no es recomendable usarlas así porque el tacto no hace más que empeorar la rotura.

Otras veces, en cambio, no reaccionan al tocarla y no sabemos por qué. La buena noticia es que las pantallas táctiles se pueden reemplazar aunque la mala es que no será barato.

El panel táctil del smartphone es uno de los componentes esenciales y uno de los más caros. Hay marcas genéricas de pantallas, como las baterías, pero no es lo mismo. Lo mejor es consultar con la empresa fabricante y ver qué posibilidades de reparación hay.

7 - Fallas internas

Otra vez estamos ante situaciones en las que el teléfono comienza a mostrar fallas ocasionadas por un sinfín de razones. Hay algunas evidentes como cuando se mojan o se caen de una distancia mayor de un metro, en cambio hay otras en la que el origen es desconocido.

El contacto con el agua es un problema común y la vieja técnica de apagarlo y ponerlo en un recipiente con arroz funciona. Pero muchas veces aunque el teléfono sobrevive a percances no sale del todo indemne. La pantalla puede presentar puntos negros que son pixeles quemados, el equipo puede que no cargue bien o falle alguna de las cámaras.

Ante problemas así lo mejor es consultar el servicio técnico oficial y evaluar si se quiere usar el equipo así o si conviene invertir en uno nuevo.

La temida obsolescencia programada

Nacer y morir es el ciclo vital del que nada ni nadie escapa. Sin embargo, en tecnología la fecha de expiración de un producto se puede programar y a eso se le llama obsolescencia programada.

Muchas empresas fabrican productos con una programación interna para que dejen de funcionar en pocos años y más de una organización ha denunciado esta práctica como poco ética. La razón de la obsolescencia es incrementar el consumo y la venta, o sea mantener viva la tendencia de adquirir productos recientes solo por ser nuevos.

Muchos smartphones son víctimas de esta práctica y simplemente fallan porque fueron programados para eso.

Varias ONG en el mundo se dedican a revertir parte este proceso al desactivar esa programación en objetos tan diversos como impresoras, lavarropas o televisores

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