La fascinación humana por el sexo y los desnudos no ha hecho más que crecer en tiempos de conexión digital. El smartphone, la explosión de apps y el uso de redes sociales cambiaron el juego a la hora de monetizar esa pasión por lo prohibido.
Bien lo sabe la plataforma OnlyFans que durante la pandemia tuvo una avalancha de usuarios pero también de creadores que vendieron su material explícito explorando un mercado laboral poco convencional. Sin embargo, el reciente anuncio de la empresa de dar un giro y abandonar la pornografía ha encendido el debate sobre libertad de expresión, censura y explotación sexual por dinero.
Sexo no, desnudos sí
OnlyFans es una empresa que logró millonarios ingresos permitiendo a creadores de contenido un espacio de visualización a cambio de un porcentaje del dinero que obtuvieran por suscripciones mensuales. Sin embargo, la compañía anunció que desde octubre no permitirá material sexual explícito y muchos temen por su fuente de ingresos.
¿Por qué OnlyFans abandona un negocio tan lucrativo? La razón es su supervivencia. El fundador de la empresa, Tim Stokely, le dijo al sitio Bloomberg que busca “asegurar la sostenibilidad a largo plazo” de la plataforma.
Durante la pandemia, la compañía llegó a los 130 millones de usuarios y se multiplicaron las noticias de personas que habían perdido su empleo pero que obtenían ingresos mensuales impensables por subir contenido a OnlyFans.
Muchos argentinos vieron en el porno amateur una posibilidad de ganar en dólares y el fenómeno también creció en este lado del planeta.
El negocio funciona pero enfrenta constantemente denuncias por explotación sexual, prácticas polémicas, y escasos controles. También se transformó en un problema la limitación de no poder tener app propia debido a las restricciones de los sistemas operativos móviles.
Todo eso hizo que se decidiera un cambio de estrategia: no más sexo explícito pero sí desnudos. De esta forma los creadores podrán seguir quitándose la ropa para obtener ganancias pero con limitaciones.
Pacatería y doble estándar
La noticia trajo la broma recurrente de adonde irán ahora a vender sus videos los que se ilusionan con vivir del sexo. Y la verdad es que quizá no haya un cambio profundo después de todo. El éxito de OnlyFans hizo crecer plataformas que imitaron su modelo de negocio y siguen vigentes.
Además todas encontraron en ciertas redes sociales su mejor espacio de difusión. Hablamos de Twitter e Instagram, que aunque parecen antagónicas en sus principios -una permite imágenes explícitas y la otra censura cualquier insinuación sexual- ambas sirven para la difusión de contenido XXX.
Twitter no tiene casi reparos en permitir fotos y videos porno. Instagram, en cambio, admite los desnudos “cuidados” pero con cierto toque misógino.
Las mujeres son las más censuradas en la app y varias usuarias lo han denunciado. Un hombre puede insinuar su pene en ropa interior pero una mujer no puede usar una transparencia en donde se perciba su pecho, a pesar de no ser un genital.
El movimiento #FreeNipple abogó -con famosas incluidas- por el fin de la censura de los pechos femeninos en Instagram pero no obtuvieron mucho éxito.
Quedó claro la semana pasada cuando la red social censuró el póster de la nueva película del director español Pedro Almodóvar, ‘Madres paralelas’. El afiche usó un pezón con una gota de leche simulando un ojo con una lágrima, pero Instagram lo bajó. Tras el fuerte repudio la empresa pidió disculpas y lo volvió a publicar. Se excusaron en su política contra la desnudez pero aseguran que hacen excepciones cuando se considera la imagen en su contexto artístico.
Por esa razón muchos usuarios optaron por el “arte” para exponer sus cuerpos y promocionar enlaces a sitios como OnlyFans.
Lo mismo pasa en otra red social más estricta aún: TikTok. La plataforma china controla con mano de hierro el contenido sexual pero, al igual que pasa en Instagram, muchos usuarios le reclaman que no pone el mismo énfasis en censurar mensajes de odio ni tampoco ven mucha acción en la restricción de venta de datos personales a empresas para personalizar la publicidad que un usuario recibe.
Destruye esas fotos
WhatsApp sumó hace poco la opción de enviar contenido multimedia con temporizador para la autodestrucción. Es decir, una vez vista una foto o video desaparece de la app.
Muchos creen que la función, que existe desde hace años en Telegram o Snapchat y también la tienen los mensajes privados de Instagram, es ideal para enviar material “subido de tono”. Pero mientras unos la celebran como una forma de compartir desnudos sin dejar rastro, otros la denuncian como una vía para “traficar” pornografía.
La protección de la niñez es siempre la excusa y el terreno de batalla entre conservadores y liberales. Sólo coinciden en dejar a los chicos fuera de la exposición del contenido sexual mientras se acusan mutuamente de utilizarlos como herramientas de censura digital.
Según BBC Mundo, la organización inglesa llamada Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (Nspcc) critica el sistema de autodestrucción de imágenes en WhatsApp porque dice que en caso de registro policial no habría pruebas. La empresa salió a justificarse diciendo que su objetivo es velar por la privacidad del usuario. “No todo lo que compartimos debe convertirse en un registro digital permanente”, aseguraron en un comunicado.
Aunque es real que el grooming y la trata de personas son problemas reales y muy graves, muchos piden que no haya regulaciones estrictas en internet sobre lo que un adulto quiere hacer con otro de forma consensuada.
Packs a la venta
Ganar dinero extra siempre viene bien y hay quienes, con espíritu emprendedor, encontraron formas de obtener ingresos con su cuerpo utilizando las aplicaciones pero sin que ellas lo sepan. ¿Cómo? Haciendo lo mismo que muchos influencers pero de forma más rudimentaria. Así muchos usuarios que ocasionalmente fotos sin ropa se contactan con sus seguidores por mensaje privado y ofrecen sus “packs” de fotos o videos de forma directa.
En la Argentina de la inflación constante los precios varían mes a mes pero, aproximadamente, se ofrecen de cinco a diez fotos hot por 1.000 o 1.500 pesos y los videos pueden ascender hasta los 2.500 pesos. Y eso solo por desnudos. Por contenido explícito el precio sube.
Mercado Pago es la plataforma más habitual para la transacción y el correo electrónico el lugar de entrega.
Visualización de lo diverso
Youtube, Google, Facebook o, especialmente, Apple dicen claramente que no quieren desnudos en sus plataformas y elaboraron herramientas de control para evitar el contenido considerado ofensivo. Sin embargo, en ellas los usuarios encontraron un canal de exposición de sus cuerpos como espacios de expresión de lo diverso.
La imagen del hombre musculado o la mujer esbelta comenzaron a convivir con cuerpos obesos, con variedad de colores de piel, con expresiones LGBTQI+ o con “imperfecciones’' que en los medios tradicionales se ocultaron durante años.
Muchos hicieron del “send nudes” una celebración del cuerpo real en contraste del hegemónico y no quieren que la censura digital límite esa libertad de expresión… ni de comercio.