Es como si el tren hubiera empezado a caminar para atrás: de nuevo retención al campo, impuesto a los bienes personales que, cuando nació, se llamaba impuesto a la riqueza. Además de haber una doble imposición en los inmuebles y en los automotores (que se paga en la Provincia), deberían tomarse esos pagos como a cuenta de bienes personales.
En 2015 el que tenía una casa de barrio y un auto con cinco años ya pagaba ese impuesto. Luego fueron aumentando los mínimos para no alcanzar a gente que no le correspondía.
Están diciendo que, los que más tienen, deben pagar para mantener a los que cobran subsidios, el reino del revés.
Ahora debería haber un mínimo importante, a partir de patrimonios mayores a U$S 3.500.000 por ejemplo y, a los que no pueden demostrar cómo lo obtuvieron, cobrarles 50%, así se va recuperando algo de lo robado.
Darle a la maquinita de hacer billetes no es la solución. Es, por el contrario, más inflación, o sea que todo repetido, nada nuevo, y nada que diera resultado antes.
Los milagros no existen para la gente que trabaja. Eso sucede a algunos elegidos que multiplican exponencialmente sus patrimonios sin explicación aritmética posible.
Blanca Elena Saiz
DNI 10.978.075