Era la conquista que necesitaban. Y el envión que les faltaba. Cuando quedan poco menos de 40 días para el comienzo de los Juegos Olímpicos, las Leonas fueron a Londres y ganaron el torneo que tenían que ganar, el Champions Trophy, que reúne a los 6 mejores seleccionados del mundo.
Fue la 7ª vez que Argentina se consagra en el certamen y la primera sin Luciana Aymar, retirada desde hace un año y medio.
"Es un título muy significativo para nosotros. Lo fuimos a buscar y lo logramos de la mejor manera. Y obviamente que tiene un plus que sea tan cerca de Río y ya sin Lucha en el equipo. Demostramos que podemos ganar sin ella", explica Noel Barrionuevo, autora de un gol en la final (2-1 a Holanda) y una de las líderes de esta renovada Selección de hockey.
-¿Cómo han logrado disimular la baja de Lucha, la mejor del mundo por años?
-El grupo se solidificó, se hizo más fuerte y hubo un convencimiento de cómo teníamos que seguir, con un juego mucho más colectivo, sin dependencias de jugadoras puntuales.
Se fue Lucha, que fue la mejor por años, y otras chicas que han renunciado, pero seguimos siendo las Leonas. Y esa esencia, ese legado de tantos años, se notó en este torneo.
-Hay mucho recambio en este plantel. ¿Qué tienen estas Leonas?
-Mucha juventud y ganas de hacer las cosas bien. Las chicas que se han sumado tienen mucha predisposición y eso nos viene buenísimo para las más veteranas, que estamos más desgastadas y cansadas (se ríe).
Pero, a la vez, somos las Leonas de siempre, con los valores y códigos de equipo que por suerte se siguen pasando de equipo en equipo.
-¿Cómo es ser líder a los 32 años? ¿Es difícil guiar a las más chicas de hoy?
-Sí, me toca ser líder con otras de las veteranas del plantel y la verdad que me gusta, es más que nada poner pautas de convivencia, como en cualquier grupo. Por suerte se armó uno muy lindo y las más chicas que llegan a este nivel ya tienen una disciplina, un compromiso y humildad que las hace diferentes. No hay tanto que marcarles.
-Las Leonas llevan más de 15 años siendo una referencia, una marca del deporte argentino. ¿Cómo lo han logrado?
-Logrando que los valores se transmitieran en el tiempo, como el compromiso, el sacrificio, la humildad, el compañero y el respeto por el otro. Esa es la base, más allá del talento que cada grupo ha logrado reunir.
-Imagino que una medalla es el objetivo de Río. Pero les falta la de oro luego de la plata en Sydney 2000 y Londres 2012 y los bronces de Atenas 2004 y Pekín 2008. ¿Es una espina?
-El objetivo es estar en el podio, algo que considero muy probable. Pero para las más veteranas el sueño mayor sería sacarnos la espina y conseguir la de oro. En Londres nos quedamos con las ganas (NdeR: perdieron la final ante Holanda).
Yo, por caso, ya tengo una de bronce y una de plata y la verdad es que me gustaría. Será muy difícil porque el contexto es más duro. Las rivales han crecido, lo vivimos ahora en el Champions Trophy... Pero el sueño está.
-La medalla en solidaridad ya la tenés porque venís haciendo mucha ayuda social a través de tu sponsor, Weber Saint Gobain.
-(se ríe) No creo que tanto como medalla, pero me gusta mucho poder ayudar y Weber me dio la chance. Por eso acepté la propuesta, por el liderazgo que tiene la empresa a través de estas acciones. Weber dona los materiales para el proyecto Vivienda Digna, en Derqui. Son familias que no tienen casas y se encargan ellas mismas de la construcción.
Luego, cuando están listas, se sortean entre ellas. Estuve allí hace unos meses, hablando con las familias y visitando este proyecto. Es muy interesante. Es la pequeña huella que puedo dejar en la comunidad.
En la cancha, por suerte, la viene dejando hace años…