Un día apareciste por las esquinas de Mendoza, con un andar lento pero seguro. Eras una buena imitación de aquellos antiguos tranvías ue andaban sobre rieles por las arterias mendocinas, y eran eléctricos, el 5/3, 1, y el 3. El boleto costaba 10 centavos y 15 centavos la combinación.
El tranvía trucho era un ómnibus disfrazado, simil de un tranvía antiguo. Muy cómodo, siempre había lugar para los mayores. Sus conductores eran muy amables.
Recuerdo una conductora, nunca supe su nombre, era paciente y afable. Paraba el coche en el cordón de la vereda para que la gente mayor y los discapacitados pudieran subir o bajar sin problemas.
Paraba en todas las esquinas, y se abonaba con dinero; en ocasiones se llenaba con la algarabía de los niños que salían del colegio. Hoy ha sido reemplazado por una mole de chapas y gomas.
Admito que no se puede negar el crecimiento de la población del Gran Mendoza. Donde había verdes viñedos y montes de frutales, hoy se ubican barrios privados. Vaya mi más cálido recuerdo para aquel tranvía trucho que tanto extrañamos...
Teresa Vacarezza
DNI 3.046.161