No son pocos los que se preguntan si luego de esta pandemia que ha sumido a la humanidad en el confinamiento y la crisis económica más catastrófica en tiempos de paz, se abrirá una nueva etapa de cambios de conducta radicales que dejen atrás a la época previa.
Es difícil pensar que la avaricia, el individualismo y el desinterés por quienes no forman parte de los grupos cerrados se modifique.
La historia nos muestra cómo las guerras mortíferas, anteriores pandemias y otros cataclismos sociales no han podido alterar el ritmo vertiginoso de la desigualdad y el recelo social, racial o nacional contra los diferentes.
Es difícil pensar que luego de la pandemia, ésta permanezca en la memoria social en forma viva.
Sin embargo, por lo menos hay una situación que debería hacer reflexionar a los seres humanos y que tiene que ver de manera contundente con su supervivencia.
Hemos visto, cómo animales que han vivido alejados de las comunidades humanas han aparecido por las calles de las ciudades desiertas.
Cómo los índices de contaminación ambiental han descendido dramáticamente y de qué manera el aire se ha vuelto más límpido permitiendo noches en que la luz de la luna y las estrellas han iluminado con brillantez inusitada.
La pandemia ha dado una nueva oportunidad a la especie humana.
Tratándose de una situación de vida o muerte, ¿la aprovecharemos?.
Carlos Pérez Salinas
DNI 18.905.369