Opinión
Divide y vencerás
Claves para pensar en voz alta sobre lo que pasó el domingo y analizar qué puede pasar en lo que sigue.
Claves para pensar en voz alta sobre lo que pasó el domingo y analizar qué puede pasar en lo que sigue.
No se explica la resurrección electoral del oficialismo sin la apuesta al caos del nuevo opositor
Los dos candidatos presidenciales tendrán que comenzar a dar pistas serias de qué preparan para Argentina a partir de diciembre. Mucha incertidumbre.
Cuando esta guerra termine, el mejor escenario posible sería aquel en el que Hamas ya no exista y en el que Netanyahu y sus socios extremistas abandonen el gobierno de Israel. Sólo sin esos enemigos podrá resucitar el imprescindible acuerdo de paz nacido en Oslo.
En la Universidad de Barcelona volvieron atrás y dejarán de usar el lenguaje que se supone inclusivo para optar el masculino genérico del español. Lo cual nos invita a un par de reflexiones.
Todo, desde el clima social hasta la crisis económica, indican que estamos viviendo un nuevo fin de época. Tan fin de todo que hasta los candidatos oficialistas niegan el gobierno al cual pertenecen. Tan apocalíptico que en los debates se habla más del cielo y del infierno que de cosas terrenales. Con predominancia de la bronca, la desesperanza, la indiferencia y el miedo. Sin embargo, el voto popular siempre es, aún en el peor de los mundos, un atisbo de esperanza. Y a él apostamos nuevamente.
Hoy puede definirse el próximo presidente argentino y el resultado tendrá impacto en las tres fuerzas políticas que dominan la política mendocina. Cornejo puede ver caer Juntos por el Cambio y tener que construir puentes con Milei o Massa. El peronismo se aferra a su candidato por necesidades políticas y económicas. La Unión Mendocina ha puesto un huevo en cada canasta, como para confirmar las acusaciones de “rejunte”.
En cualquiera de los casos, el cuadro de situación en el que la ciudadanía emitirá el voto por un nuevo periodo presidencial y la renovación de la representación en el Congreso nacional exhibe con crudeza la desoladora imagen de la decadencia argentina y las deudas nuevas y viejas de nuestra democracia republicana. Se trata de un clima de época muy diferente al ensayado en 1983 en el país y en la provincia
Los números que redondearon las primarias nacionales en Mendoza el 13 de agosto demostraron que un altísimo porcentaje de mendocinos, insisto, en línea con lo que piensa gran parte de los argentinos, apuesta por un candidato nuevo que promete correr a un costado a una dirigencia que representa a sectores tradicionales de estos 40 años de democracia.
A punto de cumplir cuatro décadas desde su restauración en 1983, el sistema democrático argentino enfrenta una de las elecciones más inciertas y decisivas de su historia, tras una campaña donde la economía fue el eje dominante. No podría ser de otra manera, porque el colapso de la gestión actual se aceleró al punto de llegar a la hora de las urnas con una economía sin precios.
La leyenda cuenta que Lencinas se habría despedido de Ada en la estación de tren antes de su último viaje, y que supo decirle “Ada, estás tan linda que te robaría y te llevaría a Mendoza ahora mismo, pero volveré”. La promesa no se cumplió: el Gauchito fue asesinado y nunca volvió a pisar suelo porteño.
El General Roca impulsó muchas medidas de política social, las que junto a la ley 1420 de educación popular generaron una movilidad social ascendente nunca antes vista en la Argentina.
El Estado podría poner más atención en el buen uso de lo recaudado. Si la correspondencia fiscal se licúa, también se licúan los incentivos a moderar el gasto y administrar bien.
Gestionar equipos multigeneracionales exige un entendimiento profundo de las diferencias y la creación de ambientes donde todas las generaciones se sientan valoradas
El autor explica por qué el economista no logrará estar a la altura del ex presidente.
Imposible olvidar esos versos del gran Vinicius donde escribe: “La cosa más divina que hay en el mundo/ es vivir cada segundo como nunca más.” Sólo alguien dotado de una gran sabiduría puede sintetizar así y en poesía la que – quizás – es una de las claves para entender cómo ha de transitarse la vida humana.
Si los dos debates presidenciales hubieran sido entrevistas para seleccionar un líder para una gran empresa u organización, hubieran terminado con la conocida frase del título.
Argentina dijo que “condena y deplora el ataque múltiple de Hamas contra Israel”. Marcó así una posición algo más dura que las de Brasil y México.
El genuino desarrollo de la diversidad cultural requiere del pensamiento crítico y de aprender a empatizar con lo diferente. Las conmemoraciones como las del 12 de octubre son ocasiones para ampliar las miradas sobre el pasado y el presente (la diversidad) y comprender los aspectos comunes (la unidad).
Es curioso que en los dos debates presidenciales el diseño de política exterior haya sido prácticamente ignorado por los candidatos y soslayado por la ciudadanía. El desorden global es un condicionante ineludible para cualquier rumbo que se proponga el país, mal que pese a la costumbre inveterada del electorado argentino de mirarse arrobado el ombligo.