En próximos días se cumplirá el bicentenario de la Entrevista de los Libertadores en Guayaquil, los días 26/27 de julio de 1822. Me parece será de interés de los lectores conocer algunos aspectos del encuentro y sobre todo las motivaciones del mismo.
En 1822, San Martín y el Ejército Libertador ya habían hecho campaña de Chile y en 1820 desembarcado en Perú, iniciando el proceso de su independencia.
Bolívar, por su parte ya había combatido con sus fuerzas en lo que hoy es territorio de Venezuela y Colombia, y en esos años se lo comenzó a llamar Gran Colombia.
En 1822, con los triunfos de Río Bamba, Bomboná y Pichincha, dominaba prácticamente todo el territorio americano al norte de Guayaquil (exceptuando por supuesto la zona amazónica y los dominios de costa atlántica de portugueses).
Pero antes de analizar Guayaquil es necesario poner foco en cómo se encontraba San Martin y sus fuerzas que ya estaban instalados el Lima y había formalmente decretado la Libertad del Perú, aun cuando al interior de la Sierra estaban activos unos 15.000 combatientes realistas. Si bien se habían comenzado a formar unidades del naciente Ejército del Perú, se estaba muy lejos de nivelar fuerzas.
Lamentablemente, San Martín debía resolver los problemas que le presentaba un sector de la población, adversa a la causa patriótica, sobre todo los limeños que habían sido beneficiados por las riquezas de Potosí y el privilegio de detentar el puerto del Callao el monopolio comercial de todo el Sur del Continente.
Manejaba estas relaciones Bernardo de Monteagudo, su hombre político, pero su carácter le trajo problemas al Protector. Y el almirante Cochrane llevado por su vehemencia e intereses personales, era un escollo en los planes patriotas y además colaboró para enfrentar el pensamiento de los chilenos de Santiago y Valparaíso con el actuar sanmartiniano.
También, el accionar prudente de San Martín, que buscaba un acuerdo político con jefes españoles, complicó sus relaciones con oficiales del Ejército patriota, quienes dada su condición y temperamento militar, entendían que debían en esencia entrar en combate con las fuerzas realistas, y el Libertador sabiendo su inferioridad combativa, evitaba el enfrentamiento en una gran batalla.
En resumen, el cúmulo de condiciones adversas lo llevan a comprender a San Martín que sin la colaboración de las fuerzas de Bolívar no podrían vencer en corto plazo a los realistas. Intenta entonces en febrero de 1822 viajar a Guayaquil a entrevistarse pero no puede concretar la reunión. Por último, en julio a bordo de la Macedonia emprende su viaje a Guayaquil entendiendo que luego debía pasar a Quito donde se encontraba Bolívar, tras el triunfo de Pichincha.
Ahora bien, días antes de su partida se había enviado a Guayaquil a tres naves de la reciente creada Marina peruana: las fragatas Protector y Venganza y la goleta Alejandro, todas al mando del heroico vicealmirante Blanco Encalada, para traer de vuelta a los combatientes de Pichincha.
Debemos intercalar en el relato que Guayaquil, ya en 1820 había dado su grito de libertad y era gobernada por una Junta de guayaquileños a cuyo frente estaba el patriota Olmedo.
Entonces es de destacar dos aspectos: San Martín iba a Guayaquil para tratar con guayaquileños sobre su situación política, pues se habían declarado independientes de España, pero habían pertenecido al Virreinato del Perú....y por lo tanto deberían depender administrativamente de Lima. Es decir, era un importante tema a conversar si bien la relación de los guayaquileños con San Martín siempre había sido óptima. Claro, cuando Bolívar se entera del acercamiento de San Martín parte de inmediato con 2.000 efectivos colombianos hacia Guayaquil....y al llegar depone a la Junta Gubernativa y toma el poder político de la región.
En la práctica entonces el primer objetivo de San Martin sobre la situación de Guayaquil se ve frustrado...pues Bolívar ya la consideraba parte de la Gran Colombia.
Volvamos entonces a analizar las motivaciones de San Martín, truncado el tema de Guayaquil (a menos que hubiese decidido confrontar militarmente con Bolívar), el segundo tema era conseguir apoyo de fuerzas militares bolivarianas para terminar con la presencia realista en Perú.
No es posible en este artículo extendernos sobre las conversaciones que sostuvieron los próceres, pero lo central es que al pedirle San Martín el apoyo para ir a Lima, Bolívar se niega aduciendo diversos problemas, pero debía resolverse quien estaría al mando de las fuerzas patriotas, y el Protector (seguramente con total honestidad) ofrece ponerse a las órdenes del libertador Bolívar. Lo cierto es que esto no es aceptado por el venezolano y en concreto no se compromete a enviar a corto plazo fuerzas salvo un par de batallones no significativos para las necesidades reales.
Las crónicas destacan la “discusión” que tuvieron respecto las formas de gobierno de los países americanos, Bolívar vehemente sostenedor del republicanismo y San Martín partidario de monarquías atemperadas que aseguraran el orden público. A los efectos prácticos del encuentro eso no fue más que un cambio de opiniones, aunque la realidad de los años demostró que el razonamiento sanmartiniano estaba bien fundamentado pues los gobiernos que se sucedieron, todos navegaron en la anarquía y en el enfrentamiento de caudillos regionales...
Podemos concluir entonces que las dos principales razones que llevaron a San Martín a Guayaquil no pudieron serles concedidas. Guayaquil fue parte de la Gran Colombia, aunque en 1830 nace la República de Ecuador, y Bolívar no viaja a Lima sino hasta 1823, cuando ya hacía casi un año que San Martín había abandonado el Perú.
Es necesario destacar que se hará presente en Guayaquil al momento de los actos un grupo de entidades representativas de nuestra provincia y es de esperar también, de nuestro gobierno provincial.
*El autor es militante sanmartiniano e historiador autodidacta.