Alois Alzheimer: la historia del médico que detectó la enfermedad

El famoso escritor José Narosky rescata en esta columna la vida del médico alemán que descubrió el mal que fue bautizado con su nombre. Su historia es triste y a la vez llena de dignidad.

Alois Alzheimer: la historia del médico que detectó la enfermedad
El médico alemán que descubrió la enfermedad que lleva su nombre. Su historia es triste y a la vez llena de dignidad.

“La gloria, suele acariciar a los que no la buscan”

Año 1906, es decir, hace más de 115 años, en la ciudad alemana de Tubinga, se celebraba un congreso de psiquiatría. Un médico alemán de 41 años, alto, elegante, desconocido prácticamente, pidió la palabra. Se notaba, a pesar de que él trataba de ocultarlo, un dolor. Pero su dolor no se ocultaba. El dolor físico lastima, claro, pero el espiritual desgarra”.

Comenzó su ponencia diciendo: “Perdón a ustedes por esta referencia personal. Hace cuatro años que he perdido a mi esposa, Cecilia, de 38 años, la única mujer que amé en mi vida. Me ha dejado tres hijos pequeños y el recuerdo emocionado de lo que fue hasta los 30 años. Los últimos ocho ya era otra mujer. Su memoria, que era privilegiada, la fue perdiendo, al igual que su orientación, su capacidad hasta para aprender cosas simples. Era doctora en Filosofía, recibida con medalla de oro. Su dulzura se tornó en agresividad y depresión. Su dinamismo, en apatía. Posteriormente le fue costando caminar e incluso tiempo después expresarse. No poseo el nombre de la enfermedad, pero con mi propia desgracia personal creo poder afirmar, que podría identificar la enfermedad que tenía mi mujer en otros seres humanos”.

Este médico se llamaba Alois Alzheimer. El mal que afecta a millones de personas en el planeta lleva su nombre. Había estudiado antes las enfermedades mentales relacionadas con la ateroesclerosis y la vejez.

En autopsias practicadas meses antes de ese congreso en pacientes con severa demencia, el gran médico descubrió graves anomalías en el tejido cerebral. Este mal suele aparecer después de los 60 años, aunque también puede aparecer en otras edades. Se popularizó con la muerte de la afamada actriz Rita Hayworth, quien falleció a los 65 años con la apariencia de una mujer de 90.

Actualmente la enfermedad de Alzheimer se conoce y se trata en todos los países del planeta. Un rasgo de auténtica modestia se dio cuando le propusieron asociar su nombre a la enfermedad. Cuando un profesor lo propuso en la Academia de Medicina de Berlín, el propio descubridor de enfermedad pronunció un discurso, se opuso firmemente a que le colocaran su apellido al citado mal. Argumentó al negarse, que si bien él había detectado que no era la demencia senil la que provocaba los síntomas, no había podido descubrir todavía las reales causas de la enfermedad.

Alzheimer, Parkinson. Cerebro y genética. (Flicker/National Human Genome RE/Europa Press/DPA)
Alzheimer, Parkinson. Cerebro y genética. (Flicker/National Human Genome RE/Europa Press/DPA)

Decía: “En la larga escalera que nos llevará a encontrar por qué se origina esta enfermedad he aportado sólo el primer peldaño. Ustedes saben -agregaba- que la Cruz de Hierro es la máxima condecoración que otorga Alemania. Si yo encontrara una Cruz de Hierro extraviada y la colocase en mi solapa, sentiría que estoy apropiándome de algo que no me corresponde.”

Hermosas y humildes palabras de un grande de la ciencia y la dignidad. Por eso quise traerles hoy la figura de este insigne científico. En razón de justicia esa enfermedad hoy es conocida como mal de Alzheimer. No mata rápidamente, pero abre serias heridas, heridas espirituales que duelen a quien la padece y hacen doler a sus seres queridos.

Cierro con un aforismo que le atañe el doctor Alzheimer, un espíritu superior que sobrepasó su propia sombra: “La modestia de los grandes confirma su grandeza”.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA