La mayoría de los países latinoamericanos condenaron el ataque de Hamas a Israel, pero lo hicieron con matices e incluso diferencias. Las expresiones más favorables a Hamas vinieron de los países que tienen buenas relaciones con Rusia e Irán: Venezuela, Nicaragua y Cuba, que asumió una actitud más discreta. En esta misma posición quedó ubicado el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Éste criticó con dureza a Israel, calificándolo de “régimen neonazi” y asumiendo una postura favorable a Hamas, sin advertir que la organización no es mayoritaria en el pueblo palestino. Más tarde justificó el ataque a Israel, argumentando que “el pueblo palestino vive una de las peores injusticias del mundo contemporáneo”.
El presidente colombiano dijo también que desde muy joven había estudiado el conflicto palestino-israelí, y sostuvo que sabe “de la inmensa injusticia que ha sufrido el pueblo palestino desde 1948″. Agregó que la situación de los palestinos en Gaza es comparable con “la inmensa injusticia que sufrió el pueblo judío a manos de los nazis en Europa desde 1933″.
Argentina, por su parte, dijo que “condena y deplora el ataque múltiple de Hamas contra Israel”. Marcó así una posición algo más dura que las de Brasil y México. Cabe señalar que Argentina sufrió en los años noventa dos atentados del terrorismo islámico, uno de Hezbola y otro patrocinado por Irán. Cabe agregar que está abierta todavía una causa judicial por un memorándum firmado por la entonces presidenta Cristina Kirchner con Teherán, que fue rubricado al mismo tiempo que se desarrollaban las investigaciones judiciales por el papel de Irán en esos atentados. Además, Argentina tiene la comunidad judía de mayor peso en la región.
La posición de Brasil fue importante porque además de ser el país más relevante de la región, ocupa en este momento la presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En esta condición convocó al organismo internacional para intentar lograr la paz en el conflicto, comenzando por un cese del fuego que difícilmente se dé. Lula asumió así una posición de equilibrio, cuando en el pasado, mientras presidía el “Foro de San Pablo”, tenía una postura más afín con la causa palestina. La posición de Lula fue básicamente coincidente con la del Papa Francisco, que también exhortó a un cese del fuego, y también con la de China y Naciones Unidas, que pidieron reanudar negociaciones. Lula, en un post en su cuenta social X, dijo estar “conmocionado” por los ataques contra civiles israelíes. Subrayó una vez más que rechaza “todas las formas de terrorismo” y pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que preside, que impida una escalada del conflicto a otros países y regiones. Pero también incluyó en sus declaraciones un pedido a la comunidad internacional para que “continúen las negociaciones para poner fin al conflicto de forma que se garantice la existencia de un estado palestino, económicamente viable y que coexista pacíficamente con Israel dentro de sus fronteras seguras”.
El segundo país de América Latina, México, se manifestó en la misma línea: condenó “los ataques sufridos por el pueblo de Israel por parte del grupo islamista Hamas desde Gaza” y exigió el “cese de la violencia inconducente”, pero eludió una definición.
En cuanto a Chile, el presidente Gabriel Boric se expresó también condenando el hecho, pero es necesario tener en cuenta que este país tiene la comunidad de origen palestino más importante del mundo. Manifestó su absoluta condena a los ataques contra ciudades y asentamientos israelíes, expresó sus “condolencias a las familias de las víctimas” y su “solidaridad con el pueblo de Israel”. Cabe señalar que, en diciembre del año pasado, el presidente de Chile, en un discurso ante un auditorio de origen palestino, habló de “una comunidad que está sufriendo una ocupación ilegal, que está resistiendo y que está viendo violado su derecho y su dignidad todos los días”. En ese entonces, el hecho generó el rechazo de los líderes de la comunidad chileno-israelí. Ahora, la cancillería de Gabriel Boric se pronunció haciendo específica mención a los muertos y heridos provocados en la población israelí.
En cuanto a Bolivia, el ex presidente Evo Morales expresó abiertamente su solidaridad con el sector palestino que representa el grupo Hamas dentro del conflicto entre Israel y los palestinos, y criticó por “parcializado” el comunicado del gobierno del presidente boliviano Luis Arce, por no asumir la misma posición. Morales hizo también un “llamado urgente” a la paz y sostuvo que la política de la “revolución democrática y cultural” promovida por su partido, el MAS, es de “defensa a Palestina”. Pero la cancillería boliviana, diferenciándose del ex presidente Morales, expresó su “profunda preocupación” por los “eventos violentos ocurridos entre Israel y Palestina” y criticó la “inacción” de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad ante estos acontecimientos.
En los restantes países de la región predominó la condena al ataque de Hamas. Así se expresaron los gobiernos de Perú, Guatemala, República Dominicana, Uruguay, Costa Rica, El Salvador, Paraguay y Ecuador.
*El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.