La política mendocina ingresa en lo que, en términos de competición deportiva, muchos conocen como tiempo de descuento. Ya falta poco para la fecha de oficialización de frentes o coaliciones; días después, las precandidaturas propiamente dichas. Son los tiempos que impone el calendario electoral propio de Mendoza.
Ese tiempo de definiciones posiblemente justifique el relativo silencio en el que se encuentran muchos de los protagonistas. Después de los cierres llegarán los momentos para debatir y hablar más. Algunos dicen que hay un silencio similar al que se produce en la sala teatral cuando llega el apagón previo al espectáculo.
Es notable cómo en todo este proceso influyó la decisión de De Marchi de plantear una seria objeción al gobierno de Suárez y al estilo de hacer política de Cornejo. “Luego del 12 de abril ya no habrá mucho tiempo para comprar o vender nada”, dicen irónicamente los que suponen que el llamado efecto De Marchi hará abortar muchas expectativas cuando dé a conocer su postura final.
Es indudable que la postergada definición del todavía referente máximo local de Pro es la que genera mil especulaciones sobre las reales posibilidades electorales de los distintos partidos o frentes que aquí compitan.
En el equipo de acompaña al actual diputado nacional dicen estar entusiasmados trabajando en una propuesta de gobierno, más allá de si la competición va a ser por adentro o por afuera de Cambia Mendoza. “El camino que tome Omar va a tener que ver con ese objetivo. No somos obedientes a órdenes de nadie, sino que solamente queremos responder a los mendocinos y el camino que vamos a tomar es el que nos permite llegar a conducir la provincia”, dijeron ayer desde su entorno mientras De Marchi anotaba su presencia en la previa del festejo anual ganadero de General Alvear.
Admiten en este Pro demarchista que mantienen diálogo con sectores del radicalismo, con demócratas, libertarios, Partido Verde y PJ no kirchnerista, entre otros espacios. “Buscamos así el mejor camino para que Mendoza pueda salir del estancamiento en el cual está”, señalan, con lo cual reconocen que la expectativa por competir “por afuera” se mantiene y con fuerza.
En general, hay mucha reserva con los números de las encuestas que se manejan en la provincia en los distintos partidos. Aunque sí se habla de coincidencias en cuanto a las tendencias que arrojan las distintas consultas: una pérdida importante de intención de voto del radicalismo, incluso ya instalado el nombre de Alfredo Cornejo, un PJ que estaría cómodamente por encima del 20% y unos pocos puntos más abajo la opción que plantea De Marchi, sin importar tanto si competirá por adentro o por afuera de Cambia Mendoza. Esto es lo que lleva al lujanino y a sus seguidores a ilusionarse con conseguir pelear mano a mano con Cornejo si termina sumando votos de agrupaciones aliadas que lo único que esperan, y desean, es que oficialice su ruptura. En definitiva, son los sectores con los que dicen mantener diálogo y expectativas.
Sin embargo, junto a De Marchi preocupa que, habiendo, supuestamente, muchas promesas de apoyo de dirigentes de distintos partidos en la provincia nadie formalice o haga público su respaldo a la posible candidatura como líder de una tercera vía, por afuera de Cambia Mendoza. Todo parece quedar en el amague, comentan.
Además, hay un claro juego de intrigas. Por ejemplo, desde el radicalismo se movilizó la versión de un acuerdo con la Coalición Cívica (CC) local para volver a sumar a este partido a la coalición Cambia Mendoza. Sin embargo, no todos habrían estado de acuerdo y alguien habría hablado con la principal referente del espacio a nivel nacional, Elisa Carrió, y por ello los cívicos volvieron a jugar en contra del oficialismo provincial. Claro golpe a la estrategia de Cornejo. ¿Se irán con De Marchi?
En el escenario hay dos nombres que también aportan matices interesantes a la elección que viene. Por un lado, está el radical Luis Petri, que no baja su precandidatura y habría dejado de lado alguna tentadora propuesta para compartir espacio con De Marchi. Por lo tanto, su continuidad dentro del radicalismo lo conduciría nomás a una interna en las próximas PASO frente a Cornejo. Y el desdoblamiento con las elecciones nacionales le dejaría la puerta abierta, en el caso de perder a nivel local, de volver a integrar la lista de diputados nacionales en un lugar de los denominados entrable, obviamente.
Petri tiene experiencia en el Congreso y es muy bien considerado por sectores del macrismo. Además, en Juntos por el Cambio consideran que en caso de volver a ser gobierno siempre necesitarán espadas expertas en el Congreso, como la del radical mendocino.
El otro dirigente que gana espacio es Jorge Difonso, que hasta ahora no ha lanzado formalmente ninguna precandidatura, pero que después de la ruptura con Cambia Mendoza se presenta públicamente como el referente de una corriente política en formación que pretende estar a prudente distancia tanto de Cornejo como de La Cámpora. “Cien por cien mendocino” es el lema elegido.
Difonso logró instalar a nivel provincial su propio movimiento, de raíz sancarlina, y ahora aspira a que el mismo crezca en el orden provincial en base a sus propuestas de siempre, como la defensa del agua y de la ley minera vigente, un plan ferroviario para la provincia, etc.
No falta quienes alientan una posible primaria con De Marchi en un nuevo espacio si el lujanino formaliza su partida de Cambia Mendoza. En ese caso Difonso podría atraer a fuerzas políticas no del todo seducidas por ideas más liberales, con las de referente larretista. Sin embargo, entre los seguidores de Difonso ven todavía endeble ese posible escenario.
