En el orden nacional, Bolivia atraviesa un período pre-eleccionario presidencial (2025). Se despiertan algunos miedos tras la crisis económica y dudas sembradas tras la sombra del expresidente populista Evo Morales y su posible candidatura. En el orden internacional, pondera un contexto de crecimiento de la derecha liberal en el mundo.
En horas de la tarde de ayer, La Paz se vio invadida por la toma de la Plaza Murillo por parte de soldados y vehículos militares. El ejército ganó espacio en el Palacio Quemado, la antigua sede del gobierno, encabezado por el general Juan José Zúñiga. En horas de la tarde, el presidente Arce inmediatamente dio un discurso televisado desde Casa Grande, rodeado de los miembros de su gabinete en el que pidió la movilización del pueblo y dijo: “Estamos firmes para enfrentar todo intento golpista”. Se exhortó a todos los ciudadanos a la defensa de la democracia. Y tanto organizaciones sociales, ciudadanos salieron a la calle con la consigna patriótica. La reacción más allá de las fronteras fue única, el mundo Occidental salió a expresar su apoyo en defensa del poder del pueblo. Horas más tarde, el ahora ex jefe fue arrestado y destituido junto a militares de cargo que lo acompañaban.
El intento de destitución de autoridades fue sofocado. Pero el día después surgen algunas preguntas: ¿fue un golpe de estado o un auto-golpe de Estado? ¿Cuál es el impacto en el ámbito internacional? Tras las primeras declaraciones del exjefe apresado Zúñiga, quien expresó que fue un pedido del mismo mandatario Arce para mejorar su popularidad. De ambas formas, el hecho fue a destiempo, ¿alcanzará para mejorar su imagen pública y dejar un mejor escenario y posición al populismo en las próximas elecciones?
La visión del liberalismo
Por otro lado, tomando en cuenta la teoría del liberalismo en las relaciones internacionales se postula que la cooperación es la vía más importante para disminuir el nivel de conflicto entre los Estados. Esta estabilidad, no sólo permite a los países democráticos cooperar sino también una interdependencia económica que requiere ser estable para estar fluida. Es que la paz democrática entre estados va más allá de la democracia, es una suma de escenarios y valores que permite hablar con los mismos códigos a los Estados, mantener unos mínimos criterios de estabilidad y seguridad. Perder esa continuidad, iría más allá de Bolivia, atravesando las fronteras y repercutiendo de mayor grado en Latinoamérica toda y en el panorama internacional en general. También repercute en la fluidez de los intercambios económicos y genera un estado de inseguridad internacional.
Posiblemente esta visión, es la que permitió las posturas unánimes de los diversos actores internacionales a favor de la defensa de la democracia, que a la vez confirman un panorama cada vez más unificado en las reglas del juego política: el de la democracia. Todo vale, dentro de la institucionalidad. La sociedad también está alineada, no va a permitir que se lleven su preciado bien.