El compromiso con el congelamiento de precios de productos de consumo masivo que dispuso el gobierno nacional compromete principalmente a los intendentes del justicialismo local en el tramo final de una campaña destinada sobre todo, a obtener un resultado mucho más decoroso que el que arrojaron las PASO de setiembre.
La partida no es de sencilla resolución para los “caciques”, a pesar de que expresaron su apoyo y dejaron trascender cómo pondrán en práctica la medida del Ejecutivo nacional en sus respectivas jurisdicciones (Los Andes en su edición de ayer).
Los intendentes de los tres departamentos más poblados que administran el justicialismo prácticamente coincidieron con la implementación del control de precios (no pueden ir en sentido contrario a pocos días de las elecciones), pero explicaron que no harán una persecución de quienes no cumplen, sino que promocionarán a aquellos comercios que sí mantienen congelados los precios incluidos en el listado del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti.
“Se sabe que son herramientas que se buscan para estabilizar situaciones, no como una política de fondo permanente”, decía a este diario el sanrafaelino Emir Félix. Seguramente, una síntesis de la estrategia pensada para afrontar el compromiso hasta el 7 de enero próximo sin tener que dar muchas explicaciones a nivel nacional de cómo se lleva a cabo el programa en cada uno de los terruños.
Muchas opiniones coinciden en que es imposible operativamente realizar un control como el que pretende el gobierno nacional, porque los planteles de la inspección general de las comunas cumplen otras funciones, no están totalmente capacitados para ese trabajo. Además, en municipios con menores disponibilidades presupuestarias no podrán hacer frente a determinadas soluciones que puedan encontrarse autorizando a aumentar el número de colaboradores.
Está claro que uno de los principales objetivos electorales del gobierno nacional es emparejar fuerzas con la oposición en el conurbano bonaerense, escenario de un traspié que golpeó muy fuerte al oficialismo en las primarias del 12 de setiembre. En aquella región el contacto del Ejecutivo nacional, en este caso a través del influyente secretario de Comercio Interior, es prácticamente directo con los intendentes del PJ, los famosos “barones”. No tanto, en cambio, con las demás provincias. Por el Presidente invitó en la semana a los gobernadores con la intención de comprometerlos en la aplicación de la medida.
No obstante, mediante decreto el Ejecutivo nacional es el que invita a los intendentes a participar. Es otro caso de trato directo por encima de los gobernadores que ha sabido cultivar el justicialismo en sus distintas administraciones en circunstancias especiales, como es ahora este ambicioso control de precios, de resultado incierto todavía.
Si bien el gobierno de Rodolfo Suárez hasta el momento ha tomado distancia de la disposición de la Nación, seguramente no podrá no evaluar el nivel de adhesión en esta provincia. Hay que tener en cuenta que varios intendentes de Cambia Mendoza, más allá del rechazo que en algunos casos expresaron, aguardan algún tipo de definición cuando el Gobernador retome sus funciones luego del descanso por la intervención cardíaca a la que fue sometido.
El Ejecutivo provincial fue prudente para tomar decisiones cada vez que se ponía en práctica algún decreto presidencial en el marco de la cuarentena. En otro contexto, esta no sería una excepción. De todos modos, son situaciones diferentes.
Superada la etapa crítica de la pandemia, el mandatario provincial tomó mucha distancia de la Nación. Y en el tema puntual del control de precios, dijo en el coloquio de IDEA, que esa acción “forma parte de medidas temporarias que no sirven” para estabilizar la economía y bajar la inflación. Y remitió a los fracasos en distintas implementaciones a lo largo de décadas y con distintas administraciones. Esto tal vez explique por qué en ausencia de Suárez, por los estudios previos a su operación por la arritmia, ningún otro funcionario concurrió a la cita montada por el Presidente por el plan de congelamiento.
Muchos desaciertos del gobierno nacional conspiraron con las expectativas electorales del justicialismo, tanto aquí como en otras provincias. En el caso del PJ mendocino se sintió mucho más el efecto por la singular sintonía de la conducción camporista local con la Nación. Y la misma ola golpeó a la mayoría de los intendentes peronistas, independientemente de su lejanía con la mirada K en varios casos. Por ello esta decisión nacional de confrontar con el empresariado a raíz de la inflación no cae del todo bien a los referentes departamentales del peronismo, que, como señalábamos antes, a raíz de esta medida deben acomodar su oferta electoral nuevamente.
En Mendoza los precios están tan o más elevados que en el AMBA o el resto del país. El flagelo para los consumidores también existe aquí. Pero cada “cacique” sabe bien con qué tipo de tribu cuenta y cómo interpretarla.