Relativa calma por parte de los candidatos a la gobernación. Falta mucho tiempo para la elección de gobernador. La legislación local establece un plazo extenso entre las PASO y las generales y es lógico que quienes se postulan deban respetar los tiempos establecidos. Además, antes se resolverán las primarias nacionales y en este terreno, claramente, cualquier chispa puede hacer explotar un polvorín.
En mayor o menor medida, los políticos mendocinos no quieren caer en el lodazal nacional. Esto, más allá de que cuesta mucho, y más aún en una provincia gravitante, mantenerse al margen de la contienda.
Pero la actual calma también se advierte luego de los días acalorados que generó el escándalo de Las Heras. Las heridas entre el oficialismo y el nuevo espacio que lidera De Marchi por ese conflicto no cicatrizarán fácilmente y en cualquier momento pueden generar un nuevo remezón. De uno y otro lado son conscientes de que el problema en nada favorece desde el punto de vista electoral, pero el nivel de tensión al que se llegó no garantiza que lleguen réplicas, como en los terremotos.
En lo que se refiere a la gestión provincial, el gobierno de Suárez transita nuevamente por el camino siempre complicado de las relaciones laborales con los gremios. No alcanza a calmar las aguas el acuerdo salarial logrado por el Ejecutivo con ATE; el SUTE ya se rebeló nuevamente y puso fechas para un nuevo paro de actividades. Se suman directivos de colegios al planeo. Tarea para los que tienen que negociar. Y Ampros, por su parte, también se inclina por el cese de actividades en desacuerdo con los salarios y por las condiciones laborales en general.
Problemas a resolver por parte de las autoridades en pleno año de elecciones y con los antecedentes del conflicto anterior con el gremio docente, al que se plegaron los privados en medio de consenso social significativo.
Es razonable la postura del Gobierno con respecto al impacto inflacionario, de responsabilidad nacional, en la economía de cada familia que depende de uno o más salarios mensuales. Pero lo que también deben comprender las autoridades es que el nivel de hartazgo de la población es tal que muy pocos son los que se detienen a observar de qué área de gobierno se trata: si es nacional, provincial o municipal.
En otro aspecto de la gestión, en la semana el gobierno de Rodolfo Suárez se hizo la presentación ante la Corte Suprema de Justicia denunciando la cesión de tierras, con autorización de la Nación, a comunidades autodenominadas mapuches en el sur provincial.
El planteo de Mendoza, piloteado por el ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez, es que se declare la medida nula e inconstitucional. Está claro que Mendoza llegó a la máxima instancia judicial de la Nación por haberse cumplido sin éxito los trámites previos que correspondían, siempre respetando los plazos determinados y, como en otros tantos asuntos, soportando la indiferencia de la Nación. “Cada planteo que en este gobierno hemos llevado a consideración de autoridades nacionales ha sido siempre dentro de los plazos y condiciones que imponen las normas procesales”, explicó el funcionario.
Como dato curioso, cabe señalar que esta acción fue la primera de este tipo que adopta la administración suarista luego del cierre de listas nacionales. Justamente, la precandidatura de Ibáñez formó parte de la negociación para el acuerdo al que llegó el oficialismo provincial. Como ya se ha indicado, los tres primeros lugares de esa nómina, que responde tanto a la precandidatura presidencial de Rodríguez Larreta como también a la de Bullrich, tiene postulantes alineado con Cornejo y con Suárez, pero también con Luis Petri, como premio por su sorprendente elección en las PASO del mes pasado. Y detrás de Petri, Julio Cobos.
¿Por qué el suarismo puso en la lista al ministro Ibáñez? No cabe ninguna duda de que en estos años fue un funcionario de extrema confianza del Gobernador. Voz autorizada a la hora de definir posturas en temas críticos, en especial en lo relacionado con el gobierno de Alberto Fernández. “Está bien lo de Víctor. Encabezó siempre desde la pandemia hasta aquí el debate con la Nación en cuanto a los derechos de la provincia en la gran mayoría de los temas, como Portezuelo del Viento, Nihuiles, regalías. En todos los casos con acciones que fueron pedidas por el Gobernador. Por eso está muy bien que haya sido incluido en la lista para Diputados”, el elogioso comentario de un referente radical cercano al Ejecutivo.
Cosas del massismo
Como se ha dicho, el peronismo mendocino, en todas sus vertientes, no tardó en alinearse con la fórmula presidencial encabezada por Sergio Massa. Sin embargo, como veremos, hubo algunas movidas que en algunos casos sorprendieron y en otros dejaron la puerta abierta para futuros desenlaces.
En este último aspecto cabe detenerse en lo referido a José Luis Ramón, quien armó y bajó su boleta de precandidatos a diputado nacional en cuestión de horas, pero sin costo político, según la mirada de quienes lo frecuentan y entienden sus movimientos. Cercanos a él consideran lo que hizo una muy buena demostración de cómo aprovechar la “rosca” política.
Ramón encabezaba una lista que él colocaba al amparo de la incursión de Sergio Massa como precandidato presidencial del oficialismo. El mendocino supo tejer con el tigrense una buena relación y sabe que cuenta en ese sentido con importante apoyo. Como era de esperar, dicha lista generó mucho ruido interno en el alicaído PJ provincial, que a duras penas se repone de los golpes recibidos en las recientes primarias.
Ramón percibía que en algún momento lo podían llamar desde Buenos Aires para pedirle un esfuerzo: que bajara la lista que él mismo había organizado. Pues, quien lo llamó fue el propio Massa, quien, tras agradecerle el gesto, le hizo ver que esa nómina le generaba algunos problemas en lo que se refiere a la estrategia electoral. Aunque devaluado, el precandidato presidencial del oficialismo necesita de los votos del kirchnerismo mendocino, fundamentalmente por una cuestión de sintonía con la estructura del camporismo. Bastante estrépito generó la decisión de bajar la fórmula encabezada por De Pedro en cuestión de horas. Por eso Massa no quiere que haya focos de conflicto en ningún rincón del país, independientemente de cuántos votos se aporte.
¿Cómo seguirá la relación de Ramón con Massa? Sin variaciones. Correcta, cordial. Ramón está fuertemente alineado con el precandidato presidencial. El vínculo se fortaleció en los dos primeros años de gestión de Massa en el Congreso, que, casualmente, fueron los dos últimos del mendocino. Ramón sintonizó rápidamente con el oficialismo kirchnerista y apoyó la mayoría de las propuestas polémicas y confrontativas que el Gobierno encaró, comenzando por la reforma judicial y del funcionamiento de la Corte Suprema. Todo a través del cable conductor de Massa.
Además, Ramón ya tiene su participación política en la estructura del massismo. A cargo del área de Defensa del Consumidor, dependiente de la Secretaría de Comercio del Ministerio de Economía de la Nación, se encuentra el abogado mendocino Alejandro Pérez Hazaña, surgido de la ONG Protectora que Ramón lideró durante muchos años. Esto demuestra que el vínculo perdura. La apuesta de Ramón al éxito de Massa es indudable, indivisible por el momento.
También por el lado del peronismo, sorprendió la aparición en la escena del economista Raúl Mercau, como Ramón, encabezando una lista de precandidatos al Congreso, pero en este caso por el movimiento que lidera el cordobés Juan Schiaretti. Una jugada a respetar para un justicialismo que no se repondrá fácilmente del golpe sufrido en las urnas en la PASO reciente. Además, en el caso de Mercau se trata de una movida que va por afuera del Unión por la Patria (ex Frente de Todos).
El resto de la dirigencia política de algún modo saludó la llegada del ex ministro de Celso Jaque al tablero electoral nacional. Mercau, por su personalidad y capacidad profesional, difícilmente genere críticas o rechazos. Hasta funcionarios y legisladores pertenecientes al radicalismo mendocino tuvieron palabras de elogio hacia quien, en muchos casos, conocieron como profesor universitario y de él aprendieron.
Si bien Mercau estaba prácticamente retirado de la vida política, aceptó gustoso tener esta nueva participación cuando lo localizaron desde el peronismo cordobés, que busca proyectarse en todo el país.
Pretende mostrar Mercau una impronta política dialoguista, de conciliación. En ese sentido, en la semana habló bien de Sergio Massa, al que ponderó por ser muy activo y creativo y por conducir, de acuerdo con su mirada, a un buen equipo de colaboradores, Aunque también opinó que más allá de poder acordar con el FMI, el ministro y precandidato presidencial no podrá sobrellevar fácilmente el fracaso que significa la alta inflación, por citar un ejemplo de los tropiezos de toda índole que tuvo el actual gobierno.
Toda elección nacional generalmente tuvo algún tipo de incidencia en el ámbito local. En este caso la incursión de Mercau liderando una lista de aspirantes al Congreso que responde a un espacio peronista decididamente no kirchnerista despierta una curiosidad especial, porque ausentes de la contienda nacional La Unión Mendocina y el Partido Verde se supone que a un determinado porcentaje de votantes de esos espacios puede llegar a seducir. Habrá que ver cómo encara el economista la campaña.