Con el término carga pública se suele aludir a ciertas formas de contribución de los individuos a la supervivencia y al cumplimiento de los fines de la organización política, que pueden representar para aquellos un sacrificio en su patrimonio o libertad.
No entiendo por qué este mandato constitucional del art 16 de la Constitución Nacional, no alcanza a los funcionarios políticos.
Hoy día Argentina está en guerra, con dos rivales a vencer, la maldita pandemia y la pobreza de un 50% de la población con lo que ello implica.
Para combatirlos necesitamos recursos, en el caso de la pandemia muchas vacunas y equipamiento, y para la pobreza, atacar el desempleo, con más educación, no aumentando el empleo público, sino haciendo crecer la actividad privada, la gran fuente de riqueza y progreso.
¿Cómo hacemos para alentar a la producción, a la creación de empleos privados, cuando con impuestos asfixiantes, los aportantes no pueden ni mantener los empleos que tienen, encima por pandemia no pueden trabajar? Tampoco es solución seguir pidiendo préstamos, donde la historia nos marca que no hemos podido cumplir por distintas razones.
Por eso creo que es la hora de los patriotas, la de demostrarnos a nosotros y al mundo que somos capaces de torcer la historia argentina, y seguro aparecerán las inversiones genuinas, no financieras que necesitamos.
Ahora viene la reflexión: el sector privado- insisto que son los que generan riqueza y trabajo- no da más. está cumpliendo con la Constitución en lo que hace a las cargas públicas, pero ¿qué pasa con el sector público en especial los funcionarios políticos? No veo que cumplan con esta carga publica, en los momentos que vivimos.
Como bien dice la mayoría del pueblo argentino, no importa lo que esté pasando, ellos cobran igual, trabajen o no trabajen, ergo los más necesitados y muchos otros solo quieren ser empleados públicos.
Obvio que no me refiero a esa masa crítica de trabajadores del Estado que sí trabajan llevando sobre sus espaldas los servicios esenciales del Estado, sino en especial a la clase política gobernante del partido que sea.
Están a tiempo, tienen la posibilidad de imitar a San Martín, y convertirse en verdaderos patriotas.
Siendo gobernador de Cuyo donó la mitad de su sueldo para el Estado, porque las arcas fiscales estaban exhaustas. El Cabildo de Mendoza le quiso devolver la integridad del sueldo para que pudiera mantenerse, pero lo rechazó: “Mis necesidades están más que atendidas con el medio sueldo que gozo…” , sostuvo.
Consecuente con esta línea de pensamiento rector, fue la circular al pueblo cuyano en 1815: “Es llegada la hora de los verdaderos patriotas…basta de ser egoístas … A la idea del bien común y a nuestra existencia, todo debe sacrificarse. Desde este instante el lujo y las comodidades deben avergonzarnos.
”De esta salimos juntos, siguiendo las ordenes que nos dio el padre de la patria hace 200 años, ojalá Mendoza repita la historia y sea la cuna de la liberación de la pobreza y la pandemia.
*El autor es Abogado.