Ciencia y política: ¿alianza circunstancial o superación de las ideologías?

La globalización post.covid es el comienzo de nuevas relaciones tempo-espaciales entre los humanos y de estos con la naturaleza y el universo.

Ciencia y política: ¿alianza circunstancial o superación de las ideologías?
La globalización post.covid es el comienzo de nuevas relaciones tempo-espaciales entre los humanos y de estos con la naturaleza y el universo.

Hace un siglo, Einstein recibía el premio nobel de física; pocos años después renunciaría a su ciudadanía alemana. Ya en Londres en una multitudinaria conferencia titulada “Ciencia y civilización” anticipaba el incierto futuro de la libertad: “En ... estos tiempos tempestuosos se puede ver a los seres humanos y los valores humanos en toda su desnudez. Cada nación y cada ser humano expone ahora claramente sus virtudes y debilidades, objetivos y pasiones. En la avalancha de los acontecimientos contemporáneos, el comportamiento ordinario pierde sentido; las convenciones se desvanecen como peladuras...Sin duda, las actuales dificultades económicas traerán consigo alguna legislación que ajuste la oferta y la demanda de trabajo, así como la producción y el consumo. Siempre se logrará mediante el control gubernamental. Pero estos problemas también deben ser resueltos por hombres libres. En la búsqueda de una solución debemos cuidarnos de no caer en una especie de esclavitud que impida cualquier desarrollo saludable.”

Vale la extensa cita para entender el mundo actual. La pandemia reveló las graves desigualdades en materia sanitaria, educación, distribución del trabajo y la riqueza; y en las capacidades de liderazgo político en todo el mundo, marcando el fin de las ideologías.

Necesitó la política de la ciencia para atender una amenaza global; ya en noviembre del 2020 había 261 vacunas registradas. La Asociación para el Avance de la Ciencia (USA), afirmó “nunca antes los gobiernos, la industria, el mundo académico y las organizaciones sin fines de lucro habían invertido tanto dinero, músculo y cerebro en la misma enfermedad infecciosa en tan poco tiempo”.

También fue un año histórico en la exploración espacial, en la aplicación de inteligencia artificial a la investigación cuántica, y muchos desarrollos tecnológicos.

El covid19, la ciencia y la tecnología se conjugaron para generar una nueva globalización. La primera había sido producto del fin de la guerra fría y la expansión económica; la globalización 2.0 lo fue, de la biología, y del desarrollo científico tecnológico. Si la primera nos pareció el comienzo de un nuevo mundo, la globalización post-covid es el comienzo de nuevas relaciones tempo-espaciales, entre los humanos y de estos con la naturaleza y el universo.

La pandemia quebró todas las fronteras nacionales e incluso la extremadamente difusa de la humanidad con la biótica. El Covid reveló la precaria y muy desigual preparación de los gobiernos para cuidar la salud pública, y la miopía de sus respuestas atendiendo sólo lo interno, aún a costa de libertades y valores esenciales, consolidando autocracias y acelerando la crisis de la democracia.

La pandemia afectó el valor estratégico de los bienes, alterando sistemas de producción, cadenas de valor, relaciones entre energía, alimentos, industrias y servicios. Pero fundamentalmente el sistema de decisiones estratégicas de líderes e instituciones.

Frente a amenazas bióticas la seguridad no reside en las armas, población o territorio, sino en el conocimiento, la ciencia y las tecnologías.

La nueva década traerá cambios más disruptivos que todos los anteriores en la historia mundial. Presenta grandes desafíos globales, que son, de naturaleza transnacional y de solución transinstitucional: proteger la salud humana; preservar el ambiente, resolver las crisis del hambre, de la pobreza y la exclusión social; energías limpias; y acelerar la convergencia transdisciplinaria: la fusión de ideas, enfoques y tecnologías de campos de conocimiento muy diversos para estimular la innovación y el descubrimiento, como asunto de todos.

La sinergia de ciencia, ingeniería, computación cognitiva, fue privilegiada por las grandes potencias, incluso como parte de nuevos conflictos geopolíticos. Prácticamente todos los gobiernos acudieron a comités de científicos, pero en muchos casos sólo de infectólogos, sin integrar epidemiólogos, genetistas, psiquiatras, biólogos y menos aún sociólogos, economistas o políticos, con los pobres resultados que podemos apreciar.

Los países pobres sin recursos para mantener empleos y negocios, o invertir en sus áreas de ventajas competitivas, enfrentan riesgos de crisis y fuga de capitales. El BM advierte que la pandemia impulsa una nueva generación de pobreza y el FMI dice que las naciones en desarrollo corren el riesgo de retroceder una década.

Respecto a la gran política el aporte de las ciencias no atendió grandes desafíos, como: la crisis del Estado Nacional, de las instituciones, de la democracia; ni la necesidad de una Gobernanza Global.

El desafío más complejo de la dinámica mundial, es gobernar superando las restricciones del presente con visión de futuros.

La articulación ciencia y política requiere fundar la toma de decisión en nuevos instrumentos interinstitucionales, interdisciplinarios e internacionales, que incentiven la participación de todos los interesados y permitan abordar la resolución de necesidades básicas como promover el bien común universal.

*El autor es Director del Centro Latinoamericano de Globalización y Prospectiva.

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