“No creo en la obligatoriedad de la educación. La libertad también
es que si no querés mandar a tu hijo al colegio porque
lo necesitás en el taller, puedas hacerlo”
(Benegas Lynch – Diputado Nacional de la Libertad Avanza – 2024)
Cada año el 12 de junio en todo el mundo se hace un llamado a la toma de conciencia de la ciudadanía en general y del ámbito público en particular para generar medidas que tiendan a la erradicación del trabajo infantil y la explotación de los niños, niñas y adolescentes.
La frase que anunciamos en el epígrafe no puede pasar desapercibida en esta fecha y menos aun viniendo de un Diputado Nacional que ejerce como uno de los asesores principales de las ideas del Presidente de la Nación.
La construcción de consensos en nuestro país es una tarea difícil, probablemente uno de los pocos acuerdos básicos que creíamos haber adquirido, desde la Ley 1420 que fue sancionada en 1884, es la obligatoriedad educativa para todos por igual. Poner esto en duda, es instrumentalizar a los niños y a las niñas para fines mezquinos dando lugar a privarlos de su desarrollo integral y atrasar 140 años esta Política de Estado.
Uno podría pensar que esta frase es un hecho aislado, pero no lo es cuando se analiza que actualmente en Argentina “la mayoría de las niñas, son pobres y la mayoría de los pobres son niñas”. 7 de cada 10 están bajo la línea de la pobreza. Si bien, sería irresponsable relacionar pobreza con explotación infantil; está claro que en la medida en que las familias se exponen a situaciones de vulnerabilidad económica y laboral; también con ellas se exponen los niños y las niñas.
Y decimos que no es un hecho aislado porque desde que asumieron las actuales autoridades nacionales, se ha desfinanciado los espacios de cuidado para hijos e hijas de trabajadores rurales, se ha debilitado la tarea inspectiva tendiente a detectar indicios de explotación laboral, se han suspendido la entrega de alimentos a comedores y no hay ni una letra en la Ley Bases que promueva la promoción y protección integral de niños, niñas y adolescentes.
Por lo contrario, tal como se ha demostrado en numerosos estudios internacionales, el aumento de la explotación infantil aumenta de manera proporcional en la medida que aumenta la precariedad laboral; y en Argentina en lo que va del año se han perdido más de 100.000 puestos de trabajo registrado (CEPA, 2024) a los que hay que sumar los que están en informalidad laboral.
A todo este oscuro panorama debemos sumarle que el conjunto de reformas laborales que expresa la Ley Bases tiende a precarizar aún más las relaciones laborales y que; la única iniciativa que están instalando desde el Poder Ejecutivo Nacional para los niños, niñas y adolescentes es la baja de la edad de imputabilidad apoyada en una clara perspectiva de populismo y demagogia punitiva y renunciando a un Estado que corrija lo que tiene que corregir y ponga en el centro un consenso mínimo centrado en el cuidado de los niños, niñas y adolescentes.
Estamos convencidos que es imperioso volver a financiar los centros de cuidado de hijos e hijas de trabajadores rurales, reafirmando la obligatoriedad educativa y que esta sea un lugar de formación integral y de promoción para que el día de mañana puedan desenvolverse en el mundo del trabajo. Debemos fortalecer el sistema de protección para detectar lugares de explotación infantil y promover espacios de concientización que nos permitan dimensionar claramente el daño físico y psicológico que puede generar el exponer a niños y niñas a espacios de explotación laboral.
La filosofía de Pablo Aimar cuando habla del fútbol como un juego y no como un trabajo nos puede dar pistas para fortalecer nuevos consensos: “El resultado después depende de un montón de cosas, pero creemos que los chicos deben disfrutar el proceso, que se lleven de ahí la sensación de haberla pasado bien. ¡Y no es poco pasarla bien! No es poco pasarla bien haciendo algo sano, haciendo algo al aire libre, aprendiendo, creciendo”.
El autor es docente de la UNCuyo y miembro del Centro de Desarrollo de Políticas Públicas INTEGRAR