Un estudio realizado por la Iniciativa Global Transnacional contra el Crimen Organizado en 2023 sobre los 193 países de la ONU, da cuenta de la persistencia y el aumento de la delincuencia organizada en el mundo. Este índice se basa en una metodología que utiliza una amplia variedad de datos e indicadores para evaluar la situación de la delincuencia organizada a nivel mundial. Utiliza para ello variables en torno a la criminalidad, como tráfico de personas, cannabis, armas y cocaína; actuaciones de grupos de tipo mafioso, actores integrados al Estado, secuestros y presencia de actores extranjeros, entre otras. A su vez, califica a los países de acuerdo a su resiliencia para enfrentar este tipo de delitos, con variables como políticas y leyes nacionales, cumplimiento de la ley, liderazgo político y gobernanza, transparencia y responsabilidad del gobierno, sistema judicial y detención, prevención, etc.
El informe fue difundido en la Argentina por la consultora Gorman Lee y da cuenta que los cinco países con mayor incidencia del crimen organizado son Myanmar, Colombia, México, Paraguay y República Democrática del Congo, es decir, tres de los cinco son latinoamericano. En el otro extremo, los cinco países con menor crimen organizado son Tuvalu, Santo Tomé y Príncipe, Nauru, Liechtenstein y Vanuatu, todos ellos países con muy baja población. La primera edición de este ranking se realizó en 2021 y la difundida este año es la segunda que se realiza.
La calificación numérica de los países se realiza sobre diez puntos, en los cuales el 1 es la mejor calificación y el 10 la peor. En cuanto al nivel de criminalidad por región, el continente asiático es el que presenta el peor puntaje: 5.47. El segundo continente es África, con 5.25 puntos de criminalidad. La tercera región más afectada fue el continente americano, con 5.20. Los países con mayor criminalidad organizada son Colombia (7.75), México (7.57), Paraguay (7.52), Ecuador (7.07) y Honduras (7.05), mientras que los menos afectados son Dominica (2.63), Granada (2.93), Antigua y Barbuda (2.98), Barbados (3.07) y San Vicente y las Granadinas (3.08). En el caso de Europa, su puntaje promedio fue de 4.74, mientras que Oceanía es el continente con menor incidencia de crimen organizado: 3.23.
Brasil, el país más grande de América Latina en población, PBI y territorio, obtuvo 6.77 por su criminalidad organizada, un aumento de 0.27 puntos respecto a 2021. Ocupa la posición 22° a nivel global y la 7° del continente americano. En términos de grupos organizados, el informe señala que desde mediados de la década de 2010, la destacada organización criminal brasileña Primeiro Comando da Capital (PCC) ha ejercido una influencia significativa a través de la frontera en Paraguay, donde ha dominado los mercados de tráfico de drogas y armas. Esto ha provocado un aumento de la violencia en el país, particularmente debido a los ataques perpetrados por el grupo contra el Estado, el sector privado y otras organizaciones criminales altamente armadas. La presencia del cartel se extiende por todo Paraguay, con algunas operaciones a lo largo de la frontera con Brasil.
La expansión del PCC a países vecinos y sus conexiones con redes internacionales subrayan la creciente influencia del grupo en América del Sur. Sin embargo, el cartel se concentra particularmente en Paraguay. Por su parte, Brasil ocupa el primer lugar del continente en los mercados de tráfico de flora y fauna ilegales, con puntuaciones de 8.50 para cada caso.
Respecto a la Argentina, en esta segunda edición obtuvo un puntaje de 5.00 por su criminalidad, un empeoramiento de 0.63 puntos respecto a 2021. En cuanto al ranking, este nuevo puntaje representa un ascenso de 30 posiciones de la Argentina por el grado de su delito organizado, de la 125° a la 95°. Esto se debe a una desmejora en nueve de sus variables y mejoras en sólo dos. En el primer caso se observa un empeoramiento en tráfico de personas, tráfico de cannabis , grupos de tipo mafioso, actores integrados al Estado, secuestros , tráfico de armas , crímenes contra la fauna, tráfico de cocaína y presencia de actores extranjeros. En cuanto a las mejoras, sólo son perceptibles en dos variables: crímenes contra la flora y delitos contra recursos no renovables. Respecto a su resiliencia, que mide la capacidad de un Estado para resistir con efectividad al crimen organizado, también se observa un agravamiento de la situación en el caso argentino, de los 6.33 puntos de 2021 a los 5.96 de 2023. Esto se debe a una caída en siete de las doce variables que componen el puntaje argentino en resiliencia: políticas y leyes nacionales, cumplimiento de la ley, liderazgo político y gobernanza, transparencia y responsabilidad del gobierno, sistema judicial y detención, prevención y actores no estatales. Cabe agregar, no obstante, que el puntaje de políticas anti lavado argentino (7.00) continúa siendo el más alto de la región.
En conclusión, el informe difundido por Gorman Lee pone en evidencia que si bien la criminalidad es un problema prioritario para América Latina, también lo es en el ámbito global.
* El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.