Fue una semana satisfactoria en materia de números para el gobierno de Suárez, y en especial para el área a cargo del ministro Nieri. Se llegó al esperado acuerdo con el Banco de la Nación y la deuda de Mendoza, por lo tanto, respira por un tiempo más. Además, llegaron 200 millones de ATN que motivaron al Gobernador a agradecer públicamente al presidente Fernández por dicho envío.
Cuentas claras conservan la amistad, dice el refrán. Ahora, ¿se trata de una relación de esas características? No se puede hablar de amistad entre Suárez y Fernández, pero sí de una sintonía que el mendocino ha buscado siempre mantener en los mejores términos. Ya se ha dicho en reiteradas oportunidades que mucho contribuyó a ello la necesidad de unificar criterios por la pandemia. Y mientras a Suárez no le ocurra algo similar a lo de Rodríguez Larreta, al que le quitaron sin más un punto de coparticipación para volcar recursos en la Policía Bonaerense, difícilmente haya motivos para distanciarse.
En el entorno de Suárez destacan que, efectivamente, existe una muy buena relación con el gobierno nacional en todo lo relacionado con el intercambio en materia de gestión. Hay diálogo, remarcan. Con cierta suspicacia, algunos en el kircherismo local dicen que por momentos es mejor la relación de Suárez con la Casa Rosada que con algunos de sus pares radicales. Son puntos de vista.
En el caso puntual de la deuda con el Nación, es cierto que Mendoza tuvo que llamar varias veces a Buenos Aires para saber los motivos de la demora en las definiciones. Pero, más allá de la impaciencia y cierto fastidio, siempre confiaban en una respuesta favorable.
Concretamente, se trata de una solución parcial que en el actual contexto económico de la Argentina es muy bien recibida por las autoridades locales. Pero es un respiro, porque si bien no logró Hacienda los 18 meses de gracia por capital que había pedido inicialmente, con cuotas hasta 2026 (72 cuotas), los 6 meses de espera que dispuso el Banco Nación, a saldar en 60 cuotas, le permitirá a la cartera que conduce Nieri cumplir con lo firmado el miércoles mientras se elabora otra propuesta para gestionar dentro de unos meses otro arreglo de más largo plazo.
La preocupación de los funcionarios a cargo de las cuentas provinciales es razonable. La Argentina lleva 11 trimestres seguidos en recesión, proceso que comenzó durante la presidencia de Macri. Hay un ejemplo bastante claro para los economistas: en el primer trimestre de este año la economía era ya 25% más chica que hace 33 meses, es decir, cuando se inició esta recesión. Esa situación, aun mejorando el panorama, no se recupera en 6 meses. De ahí la intención del equipo de Nieri de ver cómo seguir estirando plazos de la deuda en lo sucesivo mientras transcurren los próximos 180 días y se llega al primer pago de lo recientemente pactado con el Nación.
También buscan tomar recaudos en el área de Hacienda para mantener activa la disponibilidad de recursos para la emergencia sanitaria. Y es acertada esa mirada, porque, de algún modo, el gobierno nacional dejó de priorizar como foco político la pandemia y se trata de un abordaje de altísimo costo económico que la Provincia vino manejando sin mayores sobresaltos en estos seis meses con la propia ingeniería financiera y lo que aportó la Nación.
Con respecto al llamado paquete presupuestario para el año próximo (Presupuesto, avalúo fiscal y ley impositiva), presentado también esta semana en la Legislatura, en el equipo de Hacienda se fueron bastante satisfechos con la recepción que tuvieron por parte de la oposición. Destacaron que hubo diálogo y que las consultas de los legisladores permitieron alentar una discusión ordenada. No obstante, saben en el Gobierno que el nuevo pedido de roll over probablemente vuelva a repercutir negativamente en el peronismo, pero el ministro Nieri entiende que ese recurso es esencial en un contexto de necesaria administración de la deuda con un escenario de 33 meses de recesión y 6 meses de agravamiento de la situación económica en general a raíz del Covid-19.
Desde la principal fuerza de oposición todavía no emiten una opinión sobre el roll over. De ese bloque dependen los dos tercios de votos que se requieren para autorizarlo. En anteriores oportunidades, incluso con Cornejo al mando, no dieron el visto bueno, pero ahora hay otra expectativa en el Gobierno en virtud de la mejor sintonía temporal entre la Nación y la administración de Suárez.
Más allá de ello, siempre hay en el PJ/kirchnerismo mendocino una mirada crítica hacia la gestión anterior, de Cornejo, en lo relacionado con el endeudamiento provincial y a partir de ahí, el deseo de que en algún momento el Gobernador tome distancia de su antecesor, algo que nadie cree que pueda llegar a ocurrir, como ya se ha dicho. Habrá que ver, por lo tanto, si las brisas que van y vienen con la Nación influyen esta vez para que el Presupuesto local tenga menos trabas.
El debate educativo
Admiten en el Ejecutivo que hay muchos escarceos en torno al proyecto de reforma de la ley de Educación, promovida por el Gobierno a través de la Dirección General de Escuelas. A las quejas gremiales ya escuchadas se suma la de muchos docentes independientes que no ven apropiado no tanto parte del contenido de la iniciativa, sino el momento elegido para su debate.
A raíz de dichos cortocircuitos el titular de la DGE, José Thomas, decidió postergar hasta fines de noviembre el Congreso Pedagógico previsto para incluir el debate de propuestas u objeciones que se hagan sobre la iniciativa oficial. En el Gabinete provincial ven como acertada la decisión de Thomas y apuntan que el funcionario en ningún momento busco “tirar” sólo una propuesta sobre la mesa de discusión, sino montar una búsqueda de ideas para enriquecerlo.
Lo cierto es que no lograron en el oficialismo el clima esperado para el debate de una nueva ley educativa y por eso no ven mal “oxigenar” los ámbitos de discusión para ver si dentro de un mes y medio están dadas las condiciones para avanzar.
En cuanto al tema sanitario, para las autoridades sigue muy complicado el escenario local por la cantidad de contagios que se suceden. Pero hay una leve esperanza de mejoría en virtud de cierta estabilidad (amesetamiento) que se observa en los últimos días; es decir, se siguen sumando muchos casos, pero no existen grandes diferencias entre una y otra medición. Pero, nada es definitivo: el promedio diario general del país sigue siendo elevadísimo y algunas inquietudes se potencian, como la que surge de la posibilidad de que en pocos días más comiencen los vuelos de cabotaje. Más protocolos para preparar.
Avances y retrocesos continuos en el derrotero del gobierno local, propios de un año lleno de complicaciones potenciadas por la pandemia. Para Suárez y su equipo acordar la deuda con el Banco Nación y recibir recursos no reembolsables fue como llegar a un remanso en el río caudaloso de las crisis crónicas de la Argentina.