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Según Jorge Giacobbe, uno de los encuestadores más serios del país, el oficialismo cuenta con un 60% de la población en contra. Cristina con el 68% de imagen negativa. ¡Pero insólitamente el populismo kirchnerista puede ganar las elecciones de medio término en 2021 y las presidenciales en 2023! ¿Esto es absurdo? No lo es, veamos por qué.
La oposición es la que va a definir el resultado de ambos comicios. Juntos por el Cambio solo cuenta con un 20/30% de aquel 60% contra el oficialismo. Un 10% de izquierda pura y dura no vota al kirchnerismo y el 20% restante es independiente. Hasta aquí entonces no es seguro que el oficialismo pueda ser derrotado. Más cuando en esta etapa pre electoral está desarrollando una ardua tarea de relanzar medidas demagógicas en base a asistencialismo, emisión monetaria de cerca de $200.000 millones para incentivar el consumo y aprovechar la leve baja de inflación producto del cierre de empresas y la caída de la actividad industrial comercial con el dólar relativamente estable. Los precios cuidados son falsos, no reducen inflación pero la ignorancia los cree efectivos. El relato mentiroso de Cristina de atribuirse estos desastres como “méritos” y su ideología anti liberal harán fuertemente el resto.
¿Por qué puede definir la oposición?
Y entonces ¿por qué digo que el futuro depende de la oposición? Porque si ésta actúa con inteligencia, estrategia y unidad la derrota del oficialismo podría ser posible, pero si lo hace sin estas cualidades, Cristina podría ganar. Logrará legisladores oficialistas que aprobarán sus proyectos hegemónicos de cambios estructurales en el poder judicial que la declararán inocente de todas o casi todas las graves imputaciones delictuales por las que está procesada, ayudada por jueces sospechosos y politizados. Despejará el camino para transformar a Argentina en Cuba y Venezuela con el seguro apoyo de China comunista, que ha recibido ya importantes beneficios del gobierno Albertítere. Tendremos la tan soñada Argenzuela que desvela a Cristina, sus secuaces fanáticos tipo Dady Brieva y sus electores que creen en sus relatos mentirosos. La deseducación del pueblo ha perfilado a Argentina como un país del tercer mundo y esto lo sabe muy bien y lo explota Cristina-
¿Cuáles son las fallas de la oposición?
En principio todos los grandes errores que cometió Mauricio Macri desde 2015 hasta 2019. Y si éste es el próximo candidato a Presidente como lo anhela –aunque lo niegue- y lo concretó en su libro “Primer Tiempo”, la derrota es previsible, sean cuales fueren las atrocidades políticas y morales del oficialismo. Para lograr el perdón de los opositores a Cristina, a quien le entregó el gobierno (el poder ya lo tenía) en bandeja de oro en 2019, Macri tendría que haberse llamado a silencio y dejar que el Pro y la UCR actuaran con sus equipos en 2021 y 2023.
La unidad y la verticalidad no son buenas palabras en la democracia. Pero cuando se juega el destino de la patria y el de una multiprocesada que sin vergüenza sigue amarrada al gobierno y a conducirnos a destinos incompatibles con los ideales sanmartinianos que forjaron nuestra Nación, es obligado recurrir a ambas. No puede haber fracciones en JxC con distintos líderes que compitan o desarticulen al Pro o a la UCR. Es necesario que los candidatos estén predeterminados dentro de una férrea unidad y que no existan fracciones que atomicen la fuerza opositora. El kirchnerismo y el peronismo siempre terminan aliados y el ejemplo de Sergio Massa es ilustrativo y reiterativo. Esto ha posibilitado en gran medida el triunfo del populismo en las últimas décadas. La verticalidad es la consecuencia necesaria de la unidad. El diálogo y las disputas internas son esenciales pero no pueden trascender a la población y a la hora de definir, todos deben aceptar sin disputas personales los cargos resueltos en forma vertical, otra de las herramientas del triunfo peronista. La verticalidad no es democrática pero el peronismo ¿ha sido democrático? Para esta crucial elección y la de 2023 es fundamental que se actúe con verticalidad y luego, normalizado el país y expulsado el populismo neo marxista del poder, debe retornarse a la democracia plena.
Vidal siempre contesta a la pregunta de quién será el candidato a Presidente, que no se puede faltar el respeto al pueblo anunciándolo con tanta anticipación. Grave error. Necesitamos saberlo porque con tiempo podremos conocer y descubrir sus virtudes y defectos, errores y aciertos. Y si no nos agrada podremos expresarlo y obligar al partido a que proponga nuevo candidato. El riesgo de que Cristina comience su letal bombardeo se debe correr porque estas elecciones son a todo o nada, no puede haber especulaciones fatídicas.
Los candidatos y expertos deben saber comunicar con didáctica sus proyectos y la verdad del populismo que sufrimos durante décadas que con Cristina es neo marxista. La pésima o nula comunicación fue una de las principales causales del fracaso de Macri. El ataque al falso gobierno que tenemos debe serlo mediante votos con munición de guerra, porque está en juego nuestro presente y el futuro de nuestros hijos y nietos.
Lo que digo no es lo que está haciendo el Pro y Juntos por el Cambio. Si no reflexionan van a lamentarlo con una derrota muy posible. Y lo que es peor: no se tratará de devolverle el gobierno a Cristina porque ya lo tiene, sino de perpetuarla con sus ideas políticas nefastas en el futuro y entonces sí, esta condena con la que nos ha castigado la historia hará realidad la Argenzuela tan querida por el cristinismo apátrida que nos obligará a emigrar como lo sufren nuestros queridos venezolanos.
*El autor es Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales.