Con su decisión de romper su vínculo con el radicalismo, Omar De Marchi comienza una carrera electoral “contra reloj”. No es mucho el tiempo existente hasta las primarias provinciales para un armado que se fue postergando por la decisión del lujanino de no acceder a las presiones oficialistas para que dijera si competiría por adentro o por afuera, para lo cual se amparó en los plazos que fija la legislación electoral provincial.
Llega la hora del anuncio formal del nuevo frente que liderará. Hay mucha expectativa al respecto en la política local, porque ese lanzamiento deberá servir para saber qué sectores tendrá como aliados el líder de la esperada “tercera vía”, que debuta con una clara embestida contra el cornejismo.
Difonso y su partido, los “verdes”, empresarios desencantados con Cambia Mendoza, libertarios que buscan seducir con los porcentajes crecientes que parece tener Milei en la provincia, intendentes y referentes del justicialismo no K de esta provincia… De la galera de De Marchi pueden salir conejos de variadas especies.
Los resultados que obtenga ese nuevo espacio en las PASO provinciales de junio seguramente mostrarán el grado de competitividad del mismo y permitirán aventurar si realmente De Marchi logró o no devolverle a la provincia una opción política capaz de romper con el liderazgo ejercido por radicales y peronistas desde 1983.
Mientras tanto, cabe recordar que lo que vemos ahora es, en gran medida, el remate de una relación de partes que nunca fue amigable. De Marchi salió a competir con el liderazgo de Cornejo desde los tiempos de su intendencia de Luján (2015-2019), la única que obtuvo el Pro en el armado exitoso que gestó en aquel momento el líder radical.
Así, llegó a enfrentar por la Gobernación a Rodolfo Suárez en las PASO de 2019. En aquella oportunidad justificó su presencia en la interna de Cambia Mendoza, pero marcando claras diferencias en aspectos puntuales de la gestión, apuntando a una mejora en el servicio educativo, la mirada del Estado para ayudar a levantar la toma de empleo en el sector privado de la provincia, etc. Sin embargo, siempre reconoció como acertado el manejo de las cuentas públicas ejercido por la administración de Cornejo luego de la crítica realidad asumida en diciembre de 2015, al suceder al justicialista “Paco” Pérez.
Por entonces, De Marchi ya demostraba que había ganado presencia para él y los dirigentes que lo acompañaban en los espacios a distribuir cuando a Cambia Mendoza le tocara nuevamente poner en juego su poder en la provincia.
Se valió de algunas voluntades radicales en aquel momento alejadas ya del cornejismo y también de demócratas que venían chocando contra el estilo de gestión de Cornejo, cuestionando el armado de poder que hoy mismo se le objeta, algo que marca la gran diferencia actual. Aunque sin un proyecto oficialmente impulsado, como hizo Suárez, en aquella primera gestión radical ya se hablaba y “operaba” mucho sobre la reforma de la Constitución, reelección de gobernador, etc.
En esas PASO de 2019 la diferencia radicó en que los votos de De Marchi consolidaron al frente Cambia Mendoza y repercutieron directamente en las generales posteriores y en las presidenciales, en las que el referente local de Pro, superado el impacto anímico que significó su caída ante Suárez, logró la banca en el Congreso que hasta el momento ocupa y le permitió ganar protagonismo nacional. Y dos años después, el cierre de negociaciones para las legislativas de mitad de mandato le dejó un redituable armado legislativo con el que ya hizo notar más de una vez la necesidad de freno al ímpetu del Ejecutivo en algunos proyectos.
En diciembre de ese mismo año De Marchi anunció el lanzamiento de un plan estratégico de gestión para la provincia en presencia de varios de los dirigentes de otras fuerzas, que ahora lo acompañarían luego de haberse quedado con las ganas de que el lujanino los liderara camino a las últimas legislativas de mitad de mandato, en las que el eje Cornejo-Suárez logró una victoria aplastante.
Por ahora, lo coyuntural domina la escena, tanto por la definición del armado local que deberá lograr De Marchi como por el estrépito que significa para Juntos por el Cambio semejante crisis en la principal provincia que gobierna después de CABA.
