Este mes de abril, recién iniciado, seguro mostrará con qué fuerza encarará cada partido o frente el proceso electoral principal en la provincia.
En estos 30 días llegan dos instancias que despiertan mucha expectativa en el ámbito político, como son las elecciones adelantadas a nivel municipal en los departamentos conducidos por el justicialismo y el “difonsismo” (PASO el domingo 30) y la posterior fecha límite para registrar alianzas o frentes pensando ya en el calendario provincial propio, con PASO en junio y generales en setiembre. Diez días después, los nombres de los que integrarán las listas de precandidatos que se pondrán a consideración ciudadana en las primarias de junio.
Es sabido que todos los intendentes del PJ, kirchneristas o no, acordaron adelantar las elecciones en sus departamentos para intentar ponerse a resguardo de lo que se supone será una mala elección provincial. No sólo es la falta de referentes lo que perjudica al principal espacio de la oposición local; la debacle política y económica nacional aniquila en el acto cualquier intento para revertir esa situación.
Sin embargo, a pesar del oscuro panorama en el kirchnerismo local insinúan tener una prioridad: mantener el caudal electoral de las últimas elecciones para retener un número de legisladores que los siga ubicando como la principal oposición provincial. Cuando el número de bancas a renovar en las cámaras no es muy elevado se puede esperar que un resultado adverso en las urnas no lo sea tanto en lo estrictamente político.
De todos modos, los tradicionales “caciques” no K también se encuentran pendientes de la resolución del conflicto que planteó De Marchi con Cornejo y Suárez y se ilusionan con algo más que una simple retención del poder en sus comunas en el caso de que el lujanino formalice su ruptura. En ese aspecto, los hermanos Félix insinúan tener una oferta de armado territorial en todo el cuarto distrito (San Rafael, Alvear y Malargüe) con capacidad como para asegurar el predominio del PJ, por un lado, y constituir a la opción demarchista en segunda fuerza, por encima del radicalismo. Por lo menos, un modelo vistoso; habrá que ver hasta qué punto realizable.
En los demás distritos electorales el “demarchismo” no necesitaría tanto del justicialismo no K. En el tercero, con Luján a la cabeza, y en el Gran Mendoza, por ejemplo, el actual diputado nacional tiene peso propio y una imagen elevada.
Difonso, por su parte, sigue caminando por la provincia y ayer, desde General Alvear, dijo que quiere garantizar que “ese espacio”, con referencia a la llamada tercera opción, exista “con o sin De Marchi”. Queda claro que, como promotor de los trenes que es, el sancarlino pretende ser una especie de locomotora de ese encuentro por el momento en gestación.
Como se puede observar, gran parte de lo que ocurra en la escena electoral de Mendoza este año dependerá de la decisión que tome De Marchi. El principal referente de Pro soportó la presión del oficialismo provincial para definir su lugar en la escena y esperó, como prometió, al vencimiento de los plazos fijados por la legislación electoral.
Probablemente, ese argumento de De Marchi para demorar su definición haya tenido como consecuencia el crecimiento de otras opciones, como la que ahora plantea Difonso. Pero todo hace suponer que una vez que se formalice el encabezamiento de una nueva corriente por afuera de la coalición oficialista puede reverdecer la oferta que plantea el lujanino.
Hay versiones que indican que oficializaría su ruptura con Cambia Mendoza en los próximos días, antes de los feriados de Semana Santa. Pero si no fuese así, la fecha límite es el miércoles 12, muy poco después.
Al respecto, allegados al diputado nacional se muestran satisfechos por haber podido “superar las presiones” del radicalismo para apurar la definición (competir por afuera o por adentro de Cambia Mendoza). Hubo una exigencia de que esa decisión fuese tomada en febrero, o antes de los festejos de la Vendimia.
“Nuestro objetivo es Mendoza y allí nos vamos a plantar. Todo lo que tenga que ver con unificar las expresiones dispersas y que tengan como objetivo la provincia allí estaremos parados, más allá de cualquier otro interés nacional que no condiga con los intereses de la provincia” se encargaron de remarcar ayer seguidores del diputado nacional macrista.
El mensaje que deja trascender De Marchi está claramente dirigido a una serie de propuestas políticas que pueden llegar a sumarse detrás de su casi segura postulación por afuera de Cambia Mendoza. Hay sondeos que estarían confirmando lo que él tanto dijo garantizar para sostener su desafiante propuesta: que el kirchnerismo no se constituya en opción electoral provincial por aquello de “pasar por el medio” de un espacio oficialista partido.
Aunque aún lejano al candidato del oficialismo, Alfredo Cornejo, una vez formalizada su precandidatura y lanzado el convite a otras fuerzas De Marchi debería comenzar a sumar intenciones de voto provenientes de los seguidores de dichas corrientes partidarias.
Conjeturas a pocos días de una definición política que no sólo va a repercutir en la provincia. Una ruptura de De Marchi con la coalición oficialista que lidera la UCR tendrá un fuerte impacto en la escena electoral nacional. Divide a los dos socios mayoritarios de Juntos por el Cambio. ¿Qué partido o referente nacional será el “patrocinador” a nivel local del díscolo dirigente? ¿Seguirá avalado por Pro o habrá algún otro interesado en apoyarlo?