Durante el ciclo Pilares, el reconocido economista Juan Carlos de Pablo planteó una cuestión crucial: los datos del INDEC muestran una caída del consumo, pero surge la duda de si esos números reflejan de manera adecuada el comportamiento en los nuevos canales de venta, como el comercio electrónico. Esta pregunta no es menor, especialmente cuando grandes empresas del sector, como Mercado Libre, han anunciado recientemente un aumento significativo en las compras a través de estos canales, un fenómeno que parece estar reconfigurando la forma en que los argentinos consumen.
Un reciente estudio llevado a cabo por Combinatoria, la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) y el Observatorio Vitivinícola Argentino (Coviar) sostiene que el e-commerce de bodegas facturó en 2023 algo más de 8 millones de dólares, lo que representa el 0,035% de lo que factura en total el comercio electrónico en Argentina. En ese año se generaron 82.085 órdenes de compra en e-commerce de bodegas. Aunque de momento el e-commerce para el sector solo representa el 1,35%, cuando en Argentina, en marcas maduras de otros rubros, el comercio electrónico representa el 14%.
“Este dato muestra que es un vertical en vías de desarrollo. La pandemia resultó ser un punto de inflexión; Combinatoria ya se dedicaba a la industria antes del año 2020 y el rubro solo contaba con un puñado de tiendas online. Al día de hoy existen 140 tiendas de bodegas, aunque solamente 40 de ellas cuentan con actividad comercial regular. El 20% de las compras de vino por internet las realizan personas mayores de 65 años. Este dato sorprende en la venta online, ya que generalmente el sentido común considera que solo los jóvenes compran por internet. Mientras que el 76% de las compras son realizadas por hombres. La experiencia en eventos como Hot Sale o CyberWine muestra que el nivel de interés es parejo por género o incluso mayor en mujeres”, destaca el reporte.
La pregunta que debemos hacernos con estos datos es: ¿por qué este rezago en sumar este canal de venta? En un mundo donde la innovación digital está avanzando a pasos agigantados, y donde el consumidor cada vez más recurre a la comodidad y eficiencia del comercio en línea, las bodegas argentinas parecen estar perdiendo una oportunidad más de vender producto.