El biogás, la energía y los residuos orgánicos

Dos ejemplos de generación de energía alternativa. En un caso, en Justo Daract (San Luis), y otro en Las Heras (Mendoza), nos muestran la producción eficiente que se logra a partir de la aplicación del biogás.

El biogás, la energía y los residuos orgánicos
Imagen ilustrativa / Archivo.

Dentro de las energías renovables que necesitamos aplicar en el país, se encuentra el biogás que, paulatinamente, se comienza a usar cada vez más.

Se trata de una energía alternativa generada por la biodegradación de biomasa en un ambiente desprovisto de oxígeno.

Se logra a partir de residuos orgánicos de origen animal o vegetal y, como combustible, tiene aplicaciones que van desde la generación de electricidad y energía térmica, hasta carburante para vehículos adaptados para tal insumo.

Por su origen, no hace falta decir que el biogás es una de las energías alternativas que no solamente contribuyen a favorecer el medio ambiente sino que es una de las mejores formas de reciclar y sacar partido a nuestros abundantes desechos orgánicos hasta ahora no aprovechados.

Las ventajas del biogás nos permiten comentar dos procesos de producción en la región de Cuyo: uno, en la vecina provincia de San Luis; el restante, en el territorio mendocino, más concretamente en el departamento de Las Heras.

En el primer caso, la empresa Bioeléctrica de Justo Daract, con el asesoramiento del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), puso en marcha una planta de biogás para la generación de electricidad con conexión al Sistema Nacional de Distribución de Energía Eléctrica.

Mediante la asistencia del INTI se posibilitó la puesta en funcionamiento de la planta de digestión anaeróbica de silo de maíz y desechos del engorde vacuno, para producir un volumen de biogás con una potencia de generación eléctrica de un megavatio.

Toda una superación en materia de producción de energía, que promueve la repetición de iniciativas como la descripta y así gestar un gran avance en el cuidado del medio ambiente gracias a la utilización de insumos disponibles no contaminantes.

Lo mismo podemos decir en lo que concierne al proyecto innovador de la planta de gestión de residuos sólidos urbanos ya casi lista en El Borbollón (Las Heras), la que convertirá residuos orgánicos domiciliarios en energía eléctrica.

La construcción de la planta, liderada por la Empresa Mendocina de Energía, cuya inauguración se espera en breve, es pionera en Argentina y logrará solucionar dos problemas: el de la enorme cantidad de basura domiciliaria acumulada en un clima seco (tema del que periódicamente nos ocupamos en esta columna editorial) y el de la diversificación de la matriz energética de Mendoza, hecho que marcará un hito ya que convertirá desechos hasta ahora dejados en rellenos sanitarios, en electricidad para 4.000 hogares y pymes.

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