“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todos, todo el tiempo.” Abraham Lincoln
La oportunidad de cambio que está oculta en cada crisis que venimos sufriendo desde hace décadas, no se manifestará hasta que esta situación calamitosa se reconozca y sea aceptada completamente tal y como es. Mientras se niegue, oculte o se trate de justificar, la ventana de la oportunidad transformadora permanecerá cerrada.
Solo el verdadero reconocimiento y la aceptación de los hechos, de cómo somos y de la situación crítica que estamos viviendo, traerá consigo la posibilidad y la capacidad de generar la libertad necesaria para poder salir de esta situación de pesadilla, superarla y definitivamente cambiarla.
Esta crisis estructural y terminal trajo, con este final, una profunda crisis de identidad colectiva, un estado de conciencia que incluye creencias, tradiciones, símbolos, comportamientos, valores, orgullos, autoestima y una historia compartida.
Esta identidad social y/o grupal es lo que define quienes somos y se expresa cuando frente a la pregunta ¿qué eres?, se responde: soy argentino, nacionalista, patriota, peronista, político, radical, sindicalista, apolítico, militante, revolucionario, social demócrata, defensor de los pobres, liberal, republicano, “independiente” etc. etc.
Si hoy, después de esa respuesta, le repreguntáramos por qué, las respuestas serían tan diferentes e inverosímiles como gente entrevistáramos!
La identidad colectiva es fundamentalmente emocional.
El problema es que el cambio nos obligan a ser cada vez más conscientes y así entran en crisis, una a una estas inconsistencias emocionales e inconscientes y empiezan a hacerse evidentes, reales y transparentes los verdaderos motivos de esas Identidades que antes se tenían por seguras.
Consecuencias de la crisis de identidad
• Afecta, nuestro sentido de comunidad, de común - unión con los otros. Por eso cada vez es más seguido escuchar en las encuestas: “No sabe” “No contesta”. O en charlas oír decir “A mí todo esto me tienen repodrido”, “No miro más programas de noticias y políticos”. “Yo hago la mía”.
• Vulnera el sentido de pertenencia, lo que hace menos dramático irse del país o quedarse sintiéndose como si se hubiera ido, porque ya todo da lo mismo.
• Se produce la pérdida y destrucción de los liderazgos existentes junto a la incapacidad para generar otros nuevos. Por eso hay tantos candidatos a todo, cuando el 2023 nos espera indefectiblemente, con pura crisis y deterioro por donde se lo mire.
• Afecta especialmente los liderazgos en Juntos por el Cambio porque para poder conducir se debe tener la claridad y compresión del presente y del futuro. Esto hoy, no se tiene.Por lo que hay que olvidarse que aparezcan en la oposición, en el corto plazo, líderes que puedan encauzar nuestra sociedad hacia un futuro diferente y republicano.
• Esta crisis también permite que se pueda decir una cosa a la mañana, otra a la tarde y a la noche decir que las dos, estaban equivocadas.
• Se puede, también, haber sido liberal, peronista, alfonsinista, radical, de izquierda y finalmente pero-K u oposición.
La crisis y su invisibilidad
Es muy difícil y en ciertos casos imposible darse cuenta de que se está en caída libre. Así desaparecieron: el imperio romano, los reyes franceses en 1789, el zarismo en Rusia, los “Batistas” latinoamericanos, los emperadores en China y viene pasando desde hace 5.000 años.
Y así, aquí, creen todavía que “ganaron perdiendo”, que la gente los va a votar eternamente, que ellos seguirán en los cargos de por vida
No obstante, la crisis de identidad será más dramática entre la oposición, el peronismo en desbandada, la justicia, el sindicalismo y el votante “independiente”, que en el Frente de Todos. Porque ya el cambio generó una implosión donde debía ser: en el pero – kirchnerismo. Estos desaparecerán sin poder hacer absolutamente nada para cambiar el estado de cosas: solo les queda, durante un cierto tiempo, pelearse entre ellos y echarse mutuamente las culpas pero su fin de ciclo es inevitable.
*El autor es sociólogo con experiencia en procesos de cambio organizacional y cultural