Promediaba febrero y el presidente Milei comenzaba a expresarse públicamente sobre las elecciones de medio término, que serán el año próximo. Son las elecciones que pueden ayudar al Gobierno a mejorar su representación parlamentaria, de modo de no tener en los dos últimos años de gestión las actuales limitaciones. Milei ya vaticinaba hace dos meses un 2025 venturoso para La Libertad Avanza en las urnas.
En aquel momento sorprendía que tan sólo con dos meses de gestión el Presidente se refiriese con tanta antelación a los comicios venideros. Señalábamos en aquel momento que, en todo caso, se trataba de una apuesta muy lejana, pero quizás a modo de advertencia en medio de una negociación legislativa muy traumática para poder abordar el megaproyecto presentado como Ley de Bases. Sabía el Presidente por entonces que se avecinaban meses complicados en lo económico, con repercusión en el día a día de la gente.
No bajó el tono de confrontación durante su discurso del 1 de marzo ante el Congreso, salvo cuando sobre el final llamó a consensuar el pretendido Pacto de Mayo, y mantuvo esa postura hasta este momento. Su rápida reacción vía redes sociales tras la inexplicable votación de los senadores para aumentar desmesuradamente sus sueldos fue en la misma línea: “Así se mueve la casta”, “2025 será una paliza histórica”, los términos con los que condenó a los senadores. Es que La Libertad Avanza necesita, y ya apuesta a ello, una elección similar a la que consagró presidente a Milei para equiparar fuerzas en el Congreso y tener la primera minoría, que es lo que aparece como más factible.
Por otra parte, el Presidente sigue manteniendo, en general, niveles de aceptación altos, en muchos casos con porcentajes similares a los que le dieron el triunfo en noviembre pasado. Mendoza no es la excepción. Es un aspecto en el que se apoyan sus más fieles seguidores, que argumentan a diario que, en definitiva, no hay que dejar de apoyar las medidas de ajuste porque forman parte de lo que el líder libertario siempre prometió en su campaña. Y el voto abrumador a su favor convalidó esa postura.
Llegará el momento en el que los gobernadores que fueron de Juntos por el Cambio y el gobierno nacional tendrán que decidir bifurcar caminos. Es el caso de Cornejo. Como otros, mantiene una buena relación personal e institucional con el Ejecutivo nacional, pero su titular más de una vez ignora ese acercamiento. ¿La reflexión de Cornejo y sus pares? Abocarse más a la gestión en sus propios territorios sin dejar de lado la posibilidad de apoyo que necesita, otra vez, el gobierno libertario en las cámaras del Congreso.
En el marco de aquella bifurcación se presentan los movimientos que ya se dan en Mendoza. Detrás de la presentación de listas del Pro mendocino están, obviamente, las miradas de los principales referentes políticos locales. El sector liderado por la vicegobernadora, Hebe Casado, es el más cercano al conglomerado gobernante de Cambia Mendoza y, por lo tanto, al radicalismo/Cornejo. En cambio, la otra lista no sólo busca imponer una clara distancia con el poder político provincial, sino que le sirve a Omar de Marchi como prueba para poder determinar qué sustento mantiene en la provincia.
El espacio local hoy opositor creado por el ex diputado nacional tiene una buena base de dirigentes que pertenecieron y aun pertenecen al partido creado por el ex presidente Macri, pero también participan de ese armado otros a los que los une estar enfrentados con el cornejismo pero que de ninguna manera aceptan fácilmente políticas del eje Macri-Milei.
De Marchi supo mantener su buena relación personal y política con el ex presidente Macri, pero actualmente es funcionario del gobierno nacional en un cargo de segundo nivel, pero de un área sensible y estratégica como es la Jefatura de Gabinete. Y con una experiencia política que no tiene en absoluto el titular de dicha área, Nicolás Posse. Antecedente no menor a la hora de las definiciones territoriales por parte de los cerebros libertarios.
Y no hay que dejar de poner la mirada en quienes responden políticamente a Luis Petri, hoy ministro de Defensa del presidente Milei. El ex precandidato a gobernador y ex candidato a vicepresidente de Bullrich tiene hoy en sus manos un poder político nada despreciable. Es el que puede liderar aquí a los dirigentes de su partido distanciados de Cornejo y a muchos más, ya que se trata de un funcionario plenamente consustanciado con los preceptos de cambio que contiene la propuesta del presidente Milei, que valora su trabajo y su lealtad política.
En gran medida, todo dependerá de que el gobierno libertario equilibre la economía y así mantenga su actual nivel de aceptación, aunque Milei querría que 2025 fuese ya.