En la editorial de diario Los Andes llamada “Robos impunes en el mar argentino”, se visibiliza lo que está ocurriendo en el mar argentino con la captura ilegal de entre 300 y 400 buques británicos, chinos, españoles y de otras nacionalidades de nuestros recursos pesqueros.
Deseo agradecerles por ello, ya que no es frecuente que medios que están radicados lejos de la costa Atlántica aborden estos temas que, en verdad, debieran ser de preocupación de todos los argentinos, no solo, porque atentan contra la soberanía nacional, sino porque extraen recursos naturales que son de dominio (entre las 12 y 200 millas marinas) de todas las provincias y no solo las vinculadas con el litoral marítimo.
Los buques nacionales capturan y desembarcan unas 800 mil toneladas anuales y el país exporta por ello unos 2 mil millones de dólares anuales, cifra superior a la exportación nacional de carnes rojas en los últimos 15 años y, estos buques extranjeros, por su parte, extraen 1 millón de toneladas anuales valuadas en unos 2.600 millones de dólares, lo que se comercializa en el mercado minorista europeo por valor final de entre 14 y 15 mil millones de dólares; cifra que nos hace imaginar, el desarrollo industrial y el empleo nacional que esos productos le hubiesen permitido generar a la Argentina.
Estos hechos vienen ocurriendo en forma permanente desde hace 50 años y, en estos días, ingresaron al mar argentino unos cien buques extranjeros provocando una verdadera invasión territorial que, nos debiera recordar que vivimos en un estado marítimo, ya que la Argentina tiene en el mar el territorio más amplio y estratégico del país y uno de los potencialmente más ricos.
La Argentina marítima con una Zona Económica Exclusiva de 3.146.345 km2; 6.816 km de costa; 1.784.000 km2 de plataforma continental; los km2 del sector meridional del Atlántico Sur y la Antártida, es más amplia que la Argentina continental que alcanza 2.791.810 Km2.
Por ello, es muy importante este editorial y el tratamiento de estos temas, para que los argentinos empecemos a recibir una cultura marítima de la que en general carecemos.