El próximo 9 de febrero de 2025 Ecuador celebrará elecciones presidenciales en un contexto marcado por tres crisis: seguridad, economía y energía. La tasa de homicidios alcanzó a 47 de cada 100.000 ecuatorianos en 2023, la más alta de la región, según el Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado. La economía también enfrenta desafíos importantes, con un crecimiento proyectado del 0,3% para 2024 y constantes cortes de electricidad que afectan la producción. Este escenario ha generado que más de 1,2 millones de ecuatorianos deseen emigrar, mientras que más de 57.000 cruzaron la selva del Darién en 2023. La desconfianza hacia las instituciones divide al electorado entre correístas, anticorreístas y desencantados de la política. Al día de hoy, los principales candidatos son el actual presidente Daniel Noboa, la correísta Luisa González y el outsider Jan Topic. Noboa enfrenta el desgaste de la crisis, González busca superar el rechazo hacia su partido, y Topic intenta captar a los votantes desencantados. El Consejo Nacional Electoral avanza con los preparativos para la elección, pero enfrenta desafíos logísticos en el voto exterior, especialmente en Venezuela. Si no hay un ganador en primera vuelta, una segunda está prevista para el 13 de abril.
Bolivia cierra 2024 en medio de una crisis múltiple que anticipa un 2025 lleno de tensiones. La fractura en el Movimiento al Socialismo (MAS) se profundizó este año, tras la inhabilitación de Evo Morales por el Tribunal Constitucional, que reconoció como líder del partido a Grover García, cercano a Luis Arce. Morales enfrenta una orden de detención por presunto abuso de menores, mientras el Gobierno se rehúsa a investigar un atentado contra él en el Chapare. La economía también está en crisis: bloqueos liderados por el “evismo” causaron pérdidas por 4.000 millones de dólares, la inflación llegó al 8,8%, y las reservas internacionales cayeron a 1.900 millones de dólares. En el ámbito político, expresidentes opositores sellaron un acuerdo para una candidatura única en las elecciones de 2025, previstas para el 17 de agosto. Sin embargo, analistas advierten que esta alianza podría no ser suficiente para vencer al MAS, que mantiene un piso electoral fuerte pese a la división. Además, la devastación ambiental, con 10 millones de hectáreas quemadas en 2024, agrava el panorama y plantea las dificultades para encauzar la estabilidad.
Chile se prepara para las elecciones presidenciales del 16 de noviembre de 2025, las primeras con voto obligatorio desde su reintroducción. La participación electoral podría aumentar significativamente, lo que generará nuevos desafíos para las coaliciones. En la derecha, el Partido Republicano liderado por José Antonio Kast emerge como un contendiente fuerte, mientras la UDI apoya a Evelyn Matthei, cuya campaña ya muestra signos de desgaste. Otros partidos conservadores consideran la realización de una primaria para unificar a este sector. En la izquierda, las coaliciones progresistas enfrentan dificultades para consolidar un liderazgo único. Michelle Bachelet, mencionada por algunos sectores, declinó participar, mientras el oficialismo trabaja en un candidato capaz de mantener la unidad y garantizar una mayoría parlamentaria. Los debates se centran en temas como la reforma del sistema de pensiones, la nueva Constitución y la recuperación económica, que dominarán la agenda pública.
Honduras enfrentará un intenso proceso electoral en 2025, que comenzará el 9 de marzo con las elecciones primarias de los partidos Liberal, Nacional y Libre. Más de 2.900 cargos estarán en disputa, incluido el de presidente, en las elecciones generales del 30 de noviembre. La Conferencia Episcopal de Honduras ha llamado a garantizar un proceso transparente y a evitar discursos polarizantes. Entre los temas clave destacan la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad (CICIH) y la gestión de los recursos públicos. El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha avanzado con el sorteo de posiciones en las boletas, mientras facciones internas de los principales partidos anticipan disputas que podrían definir el panorama político del país. La alta competencia política y las demandas sociales marcarán el rumbo de estas elecciones.
Argentina enfrentará elecciones legislativas en 2025, con la renovación de 127 bancas en Diputados y 24 en el Senado. Las PASO -de mantenerse- se realizarán el 3 de agosto y las generales el 26 de octubre. El presidente Javier Milei busca consolidar su fuerza política, La Libertad Avanza, mientras la oposición se prepara para mantener su peso en el Congreso. En provincias como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, los libertarios intentarán aumentar su representación, en un escenario marcado por la implementación de la Boleta Única de Papel, un cambio significativo respecto a elecciones previas. En el Senado se renovarán bancas en 8 provincias, incluidas Buenos Aires y Mendoza, donde también se implementarán nuevos sistemas de votación. Las elecciones de 2025 serán un test importante para Milei, que enfrenta el desafío de gobernar con un Congreso fragmentado y una oposición dispuesta a desafiar sus reformas.
En conclusión, los procesos electorales latinoamericanos del próximo año muestran profundas divisiones políticas y desafíos económicos y sociales, lo que hará de 2025 un año clave para la estabilidad y el futuro de la región.
* El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.