Dicen que hasta tienen un grupo de What´sApp. Lo usan para estar comunicados, para compartir información y opiniones y también para hablar de negocios y economía. Son empresarios argentinos que se radicaron en Uruguay tras el fracaso del gobierno de Mauricio Macri y la vuelta al poder del kirchnerismo. Dicen que entre ellos hay algunos mendocinos que viven part time entre ese país y nuestra provincia. No se sabe si están en ese grupo de WA.
Más alla de este caso puntual, una nota publicada a principios de setiembre por el diario La Nación lo explicaba en números: según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, los pedidos de argentinos para radicarse en aquel país pasaron de 2.042 en 2019, a 6.800 en el 2020 y hasta mayo del 2021 fueron 3.500. Marcos Galperín, Gustavo Grobocopatel y Alejandro Bulgheroni figuran en esa lista. Parece la tendencia de una élite.
Sin embargo, una encuesta muestra otra cara del fenómeno. El trabajo, divulgado a fines de setiembre pasado por la UADE y Voices, revela que más de siete de cada diez jóvenes de entre 16 y 24 años y casi ocho de cada diez de quienes tienen entre 25 y 34 años creen que en la próxima década aumentará la pobreza en la Argentina. Frente a ese panorama 70% preferiría vivir en otro país y ven en España, Estados Unidos e Italia oportunidades que no advierten acá.
La coincidencia es evidente. El futuro se presenta como incierto y amenazante. Para colmo, en el lapso entre las elecciones primarias de setiembre y las generales de medio término que se realizan el domingo 14 de noviembre se incrementaron las dudas. El economista Daniel Artana lo graficó con crudeza: “Están tomando decisiones como si fuesen a abandonar el gobierno el 15 de noviembre cuando tienen que gobernar dos años más”, dijo respecto de las medidas que el Ejecutivo nacional tomó para revertir la derrota de las PASO. El plan “platita”.
No es lo único. Pandemia mediante, no se avizora un rumbo para resolver los problemas que arrastra el país: déficit fiscal, inflación, pobreza, cepo cambiario, atraso tarifario, deuda externa, (des)acuerdo con el FMI, economía cerrada. Desequilibrios de la macroeconomía que impactan en el bolsillo.
Después de las crisis del 2001, el gasto público se financió de manera bastante razonable hasta 2008/9, pero a partir de ahí y hasta 2015 se disparó via subsidios, planes sociales y jubilaciones. ¿Cómo se financió? Cristina Kirchner echó mano a las cajas del Estado, los fondos de las AFJP y las reservas del Banco Central. La gestión de Macri recurrió al mercado financiero y, sobre el final, al multimillonario préstamo del FMI.
Liquidados los caminos anteriores, Alberto Fernández lo hace con emisión monetaria. Un informe privado lo traduce en números: entre enero y junio del 2021 el Banco Central emitió a razón de 55 mil millones de pesos por mes. Desde julio la cifra aumentó a 200 mil millones de pesos mensuales. Uno de los principales motores de una inflación incontrolable que amenaza con ir a más. El informe de Perspectivas Económicas del FMI conocido a principios de octubre ubica a nuestro país en el podio de las naciones con mayor inflación para 2021. Aparece tercera, junto a Surinam, con 48,6%; sólo superada por Venezuela con 2.700% y Sudán con 115,5%.
El país del 15 será casi idéntico al país de hoy, apenas con la novedad del resultado electoral. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, se adelantó a lo acontecimientos. Ante el Consejo de las Américas propuso pensar en diez consensos básicos para los próximos veinte años y convocó a entender que “la responsabilidad es de todos”. Fue en la misma línea que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que luego exploraron María Eugenia Vidal, la mendocina Anabel Fernández Sagasti y el radical Facundo Manes.
El desafío de Massa será sentar primero a los sectores del propio Frente de Todos, que aparecen en posiciones hasta diametralmente opuestas respecto de la mayoría de los aspectos centrales a los que hizo referencia. Según sea el resultado de la General, el peronismo entrará en algún grado de convulsión respecto de rumbos y liderazgos. El sismógrafo amenaza con explotar si, por primera vez desde el retorno de la democracia, pierde la mayoría en el Senado de la Nación, que controla desde 1983.
“Argentinos, por favor, quiéranse un poco más. Discrepen todo lo que quieran, pero construyan, luchen por un nosotros” aconsejó el expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica. Uno de los empresarios que se radicó en aquel país asegura que fue la gestión de Mujica más que cualquier simpatía por el actual mandatario, Luis Lacalle Pou, lo que lo decidió a elegir el otro lado del Río de la Plata. “Vi que este país tiene una alternancia racional, que no cambian todo permanentemente” resalta.
En el país del 15 nos espera el desafío de la sensatez.