La segunda mitad del siglo XIX marcó el punto álgido de la literatura, la cultura y el arte argentino. Al examinar más de cerca uno de los personajes famosos de ese período, rememoramos a alguien tan interesante como el perito Francisco P. Moreno.
Fue pionero, en dotar al cerro Pelado, promontorio situado en plena cordillera de Mendoza, de una marca de identidad, derivada de su significación histórico-cultural, asociado a su idea de preservación como patrimonio cultural y promoción turística.
Un aspecto hasta ahora poco tomado en cuenta de la multifacética labor de su investigación científica es resultante de la combinación exclusiva y singular de un medio natural determinado con un acontecimiento histórico.
Tan pronto llegaba a un lugar, le faltaba tiempo para encontrar una nueva y mejor razón para haber ido allí.
Una vez comentó la profesora mendocina Zobehida B. Ávila, en una nota de 1946 difundida por Los Andes, que Moreno vino a Mendoza interesado en la riqueza de nuestro patrimonio histórico: “Fue en enero de 1913, presidiendo un numeroso grupo de profesoras y técnicas en diversas especialidades, a las que aquí se le anexó una comisión. Esta delegación, misionera del espíritu, culminó con una gira al cerro Pelado, la que resultó algo difícil y accidentada. Quería, el doctor Moreno, señalar a sus colaboradores una de las rutas del glorioso Ejército de los Andes. En ese memorable arribo al cerro, que dejara recuerdos e impresiones imborrables, en el mismo Portillo se enarboló una hermosa bandera, con esos colores que parecían descendiendo del cielo y de las nieves eternas y, con la unción que genera el sentimiento en los momentos más solemnes, se entonó nuestro Himno Nacional. Para ratificar con la fuerza documental, la trascendencia del acto, se levantó un acta, redactada por la secretaria de la comisión, la exquisita escritora Ada M. Elflein.
Esta gira fue la iniciación de otras tantas que realizó el doctor Moreno para recoger antecedentes, observar costumbres, reconstruir escenas y toda la documentación ilustrativa necesaria para extractar, buscando la elocuencia de la verdad, el alma viviente de los hombres y hechos de la gesta libertadora, para volcarlos en el monumento al Ejército de los Andes, que se levantaría en Mendoza a breve plazo. ¡Y qué versado y admirable director espiritual, para una obra de tal magnitud!”.
No obstante, esa divulgación, que se supone contribuiría a la protección de ese cerro testimonial que posee una altura de 3.345 m, que se encuentra a 30 km de la capital de Mendoza, en la región conocida como Casa de Piedra, seguimos empeñados en apagar las luces allí donde las vemos brillar. Albergo la esperanza, que esa reserva sea substraída de la especulación y convertida en patrimonio histórico como parte del paisaje cultural.
Ello será sin duda acogido por el visitante culto con interés y cariño, y beneficioso para el disfrute compartido con la Municipalidad de Las Heras. Y, el mayor galardón su inspirador.
*El autor es Abogado. Bisnieto del Perito Moreno.