Esta vez las visitas políticas siguieron llegando a Mendoza aun después de la Fiesta de la Vendimia. En la semana estuvo un par de días María Eugenia Vidal, la ex gobernadora bonaerense, que parece querer correr en la interna presidencial de Pro desde atrás, tal vez especulando con una arremetida final al estilo del turf, para intentar emparejar posibilidades con sus competidores en la recta final.
De lo que señaló en una entrevista con Los Andes se desprende que sería la de mayor fidelidad al ex Presidente en el aspecto electoral. Si éste se lanzase como candidato ella dejaría de inmediato su postulación. Algo parecido a la postura que adoptaron aquí varios intendentes radicales con Alfredo Cornejo, aunque en el caso de Vidal seguramente con muchísima menos presión partidaria y mayor convicción.
Lo que sí está claro es que uno de los motivos del viaje de la diputada nacional macrista fue la tensión generada por la posición de De Marchi, que continúa más afuera que adentro de la coalición local que representa a Juntos por el Cambio. Antes se decía que sólo un estallido nacional de la coalición podría tener repercusiones similares en las provincias. Sin embargo, hoy todos temen que la hasta más que posible partida del demarchismo termine golpeando al espacio nacional. O que invite a imitar.
En todo este tema Vidal se sumó a las órdenes que dio la presidenta nacional del Pro a De Marchi (competencia electoral sí, pero todos adentro del mismo espacio) o a la “sugerencia” de Rodríguez Larreta para que su armador político en las provincias deje de lado su rebeldía y acepte digerir los ingredientes de Cornejo que la caen mal, lo que se puede traducir en una gentil invitación a volver a competir puertas adentro, en las primarias.
Claro, llamó la atención que no hubiese contacto de Vidal con De Marchi y sí con aquellos “amarillos” que se mantienen junto a los radicales en Cambia Mendoza. El argumento vidalesco de que “con Omar nos vemos siempre en la Cámara de Diputados” no sonó muy amigable que digamos. Y en ese caso, ¿hasta dónde estaría llegando el disgusto en el Pro por la situación en Mendoza? Porque siempre se supo de una buena relación de De Marchi con el ex presidente. Pero, si Vidal toma distancia ¿qué pensará al respecto Macri?
Mientras tanto, los no radicales que mantienen fidelidad a Cambia Mendoza, y por ende al radicalismo de Cornejo y Suárez, no dejan de mirar con mucha preocupación la tensión de la cuerda que estira y estira De Marchi. No es fácil para muchos de ellos seguir adelante como si nada hubiese ocurrido. Ocurre y es un asunto delicado.
Admiten que el caso potencia una situación cada vez más incómoda, aunque consideran, incluso públicamente, que el más dañado políticamente hablando podría llegar a ser el díscolo diputado nacional. Aunque esa posibilidad de daño puede ser relativa; la política por lo general da revancha.
Otro de los interrogantes. Si De Marchi se va de Cambia Mendoza, ¿podrá continuar perteneciendo a Juntos por el Cambio en el orden nacional? Dejando de lado la pelea por la Gobernación, el lujanino tiene protagonismo político asegurado, y bien ganado, en el orden nacional si consigue ser reelecto diputado. Y aun sin serlo, podría ser parte de un gabinete de colaboradores, en especial si el futuro presidente es Rodríguez Larreta.
¿Asoma otro proyecto político si realmente se produce la ruptura? Los cuestionamientos que hace De Marchi con su plan de gestión son muy grandes, más allá de que su partido sigue acompañando a Suárez con algunos asuntos importantes para el Gobernador.
Y a propósito de los aliados que siguen con el radicalismo en la coalición, se está hablando bastante sobre la conformación de la fórmula que presentará Cambia Mendoza en las primarias. Concretamente de la candidatura a vicegobernador, o vicegobernadora, de Alfredo Cornejo.
Los que continúan junto a la UCR esperan, a modo de retribución, un gesto que vaya más allá de cargos en el Ejecutivo o bancas en la Legislatura. Y ese gesto pasaría, de acuerdo con el runrún ya existente, en la designación de una mujer política para que acompañe al líder radical. Y si es de otro partido, mucho mejor.
Lo dicen públicamente dirigentes que mantienen lealtad al espacio oficialista. Se debe reforzar el concepto de una coalición de gobierno y no de un gobierno radical que tenga como furgón de cola a los socios políticos. Lo mismo que el radicalismo le achacó a la gestión de Macri 2015-2019.
Muchos dirigentes del área conservadora de Cambia Mendoza (ex demócratas, etc), consideran que sin el PD y el Pro el radicalismo debería mantener el perfil equilibrado desde lo ideológico con el que contó para los éxitos electorales recientes. Y estiman que ese detalle está en consideración de Cornejo. Si acepta llevar en su fórmula a una mujer “centrista”, pues deberá primero sortear la fuerte ambición que caracteriza a la interna radical.